186 joletin de la Real ylcademia Gallega
Hay otras representaciones de la custodia, gr?ficas, que revisten
car?cter oficial, m?s, de tan escasa importancia, que tampoco sirven como
elementos de prueba.
Es una de ellas la que ostenta en sus blasones el actual Regimiento
de Infanter?a de Galicia n?mero i9. Rem?ntase la antig?edad de este
glorioso Cuerpo al a?o de 1534, en que fu? organizado con la denomina
ci?n de ?Tercio de Galicia?. Tenemos a la vista el Resumen Hist?rico del
Regimiento, impreso en Zaragoza en 1908, en el cual se da cuenta de
sus principales hechos y de sus actos her?icos. Respecto a sus armas nada
nos dice el texto del Resumen, pero la cubierta del mismo nos exhibe,
grabado, el escudo de que usa aquella Colectividad militar, cuyo grabado,
no es, ni mas ni menos, que una reducci?n de la aludida estampa de la
obra Galicia, reino de Cristo Sacramentado, del P. Pascasio de Seguin
(a?o 175o) toscamente dibujada y peor imitada. Este detalle nos es m?s
que suficiente para que por ?l podamos desechar las armas que de tan
brillante Cuerpo aparecen dise?adas en la mencionada cubierta, pues no
son, ciertamente, las que el Regimiento ostent? en sus primitivos tiem
pos, sin? las descritas por el referido historiador en ?poca relativamente
moderna (i).
En la revista profesional Memorial de Infanter?a, n?mero , extraordi,
vario correspondiente al mes de Enero de 1916, dedicado a S. M. el Rey
se inserta un extenso trabajo, sin firma, titulado Historia de los Cuerpos
de Infanter?a. En ?l, y a la p?gina 535. de dicho n?mero, aparece un
breve extracto de los hechos m?s notables y de las bitallas en que tom?
parte el Regimiento de Galicia, y al final, se describe la forma y se relata ?
el origen de su divisa en los siguientes t?rminos: ?Tiene por escudo de
armas un cop?n de oro rodeado de cruces tambi?n de oro, sobre campo
de gules, porque en un choque entre individuos del Tercio, cuando la'
pelea era inevitable, el abad de San. Andr?s les separ? y contuvo, reves
tido de sus ornamentos sacerdotales y llevando entre sus manos el
sagrado vi?tico?.
No sabemos quien era el abad de San Andr?s, ni cuando tuvo lugar
su intervenci?n para poner en paz a los mal avenidos soldados gallegos,
ni en que documento consta tan raro suceso, que de tal modo mereci?
ser perpetuado. Pero, aparte de esta rid?cula invenci?n, lo que resulta
gracioso, es que al trabajo, acompa?a un gr?fico, en donde, en vez del
cop?n, aparece pintada una custodia rodeada de nueve cruces. Por lo
(1) Tambi?n pudieron ser tomadas de la estampa de la segunda edici?n de la repe
tida obra (Habana, 1847), que es igual a la de la primera, en cuyo caso el Regimiento las
adopt? en tiempo aun mucho m?s reciente.