33 Bolet?n de la .leal flcademia'Gallega
y la brillantez del hermoso luminar y astro de la noche, cesando la
ll?via, obscuridad y destemple q.e se hab?an experimentado todos los
d?as anteriores. (Divisum imperium cum jove Casar habet).
?Pens?bamos hacer una descripci?n exacta y extensa de esta au
gusta solemnidad; pero habiendo sabido que el M. N. y L. Ayunta
miento trata de mandarla imprimir por separado, nos limitaremos ?
decir, q.e este ilustre Cuerpo despleg? en tan plausible ocasi?n, como
acostumbra todo su zelo y patriotismo: que ? pesar del limitado tiem
po que medi? desde q.e el Excmo. Sr. capitan general del reyno reci
bi? de oficio la deseada Constituci?n, y se la comunic?, hasta el de su
publicaci?n, dispuso, sin reparar en gastos, todos los posibles festejos
y decoraciones, empe??ndose en q.e se hiciese todo con la mal or so
lemnidad. A este fin public? un en?rgico bando impreso, en q.e el ca
ballero corregidor manifest? muy bien su vivo inter?s y patri?ticos
deseos del mayor esmero; pas? oficios igualmente impresos ? todos los
gefes, autoridades, y personas particulares, unos p.a q.e le acompa?a
sen en la tarde de la publicaci?n, y al d?a siguiente ? la funci?n de
iglesia, y otros p.a q.e asistiesen igualmente al refresco general q.e se
di? ayer. Consiguiente ? esto en la tarde del martes 23 (ldia feliz y
memorable para este reyno!), ? las 3 de ella, sali? el M. N. y L. Ayun
tamiento ? caballo desde las casas consistoriales, se dirigi? al palacio
del Excmo. Sr. Capit?n general D. Francisco Xavier Casta?os, que
con el Regente y se?ores del real acuerdo se hallaba de gala y ceremo
nia en los balcones: de all? s e fu? la ilustre comitiva, precedida de los
heraldos, con el caballero corregidor, 'Secretario del Ayuntamiento, re
gidores y otros Caballeros particulares, entre estos D. Ces?reo de Gar
doqui, acompa?ando el apreciable libro de la Constituci?n de la edici?n
en grande y magn?ficamente forrado: llegados ? uno de los 3 altos ta
blados con balaustrada y gradas, de los quales se hab?a erigido el pri
mero en medio de la plaza de palacio, y ? vista de un concurso inmen
so y lucido, se llam? su atenci?n por dos de los heraldos, seg?n
antigua costumbre en tales casos con las voces de o?d, o?d, o?d; escu
chad, escuchad, escuchad, etc., y enseguida el caballero corregidor em
pez? ? leer la deseada Constituci?n desde su cat?lico principio de En
el nombre de Dios Todo poderoso, Padre, Hijo, y Esp?ritu Santo, autor
y supremo legislador de la sociedad. Concluido este tierno acto con
vivas y aplausos, volvi? ? montar ? caballo la comitiva, y seguida del
m?s brillante y numeroso concurso, sigui? por varias calles de la ciu
dad alta hasta baxar ? la del comercio, y m?s bella parte de la pobla
ci?n, y llegando ? la calle llamada del Cant?n, frontera ? la marina,