116 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
di? H?vitos ningunos, por la raz?n que se dir?. Va dicho la Re
voluci?n que hubo en el Reino de Francia a ?ltimos del Siglo pa
sado por cuya causa a petici?n de S. M. el Se?or Dn. Carlos 4.?
se hizo igual donativo y Empr?stito que queda referido en el
Cuatrienio de N. P. Salazar. Se hicieron, por Ultimo, las Paces
y se puso en Francia un Govierno republicano, pero siendo la
soberbia y codicia el m?vil de todos los des?rdenes,, sali? de
entre ellos un Napole?n que no par? hasta alzarse con el nombre
de Emperador de los Franceses; no se satisfizo su Orgullosa
Codicia con el Reino de Francia, sino que pretendi? por su ma
quiab?lica conducta subyugar a todo el Mundo con sus intrigas
y fraudes. En efecto, despu?s de dominar la mayor parte de
los Reinos de Europa, trat? de apoderarse de Espa?a; entr? en
ella aparentando planes de utilidad hasta que, apoderado de
casi todas las Plazas del Reino, se descubri? su inicua Trarna el
d?a de San Jos? del a?o de 1808. Entonces descubierta la Mas
cara que ocultaba su sacr?lego coraz?n principiaron los desas
tres; no qued? cosa por Santa que fuese que no fuese presa de
su furor, ni Casas, ni Yglesias, ni Conventos, ni muger ni hombre
qued? que no fuese robada, saqueada, destru?da, violada hasta
las acciones m?s escandalosas y sacr?legas que no se pueden
imaginar, hicieron los Sat?lites de este Sobercio Nabuco. Entra
ron en esta Provincia a principios del a?o de 1809 y salieron
en el mismo a?o a ?ltimos del mes de Junio, hicieron las mismas
Proezas que en el Resto del Reino hab?an cometido, pero este
Monasterio por la Misericordia de Dios y la especial asistencia
de Nuestra Madre y Protectora la Siempre Virgen Maria casi
qued? exento de sus garras, pues s?lo en algunas Dependencias
del Monasterio echaron a perder. algunos frutos, y en el de la
Aguada (107) pusieron fuego, quando en la mayor parte de los
Monasterios de Nuestra Religi?n les queda que llorar por ma
chos a?os los estragos causados en aquel tiempo. En medio de
este conflicto la mayor parte de Monges ' de Nuestra Congrega
ci?n se retiraron a esta Provincia, pero Dios, que permetfa tantos
males en el resto del Reino para castigo de nuestras infidelida
des, no los limit? a ellos solos, sino que, habi?ndose llevado
(107) San Jorge de Villar, parr. del ay. de Creciente, p. j. de La Ca
?iza, prov. Pontevedra. M. t. XVI, 237 b.; A. L. 522.