4 Bolet?n de la Real Academia Gallega
metros hacia arriba se une en ?ngulo recto a otra que va 10 metros
hacia Poniente y all? por una de 21? se re?ne a la primera que hemos
referido y forma con parte de ella un cuadrado cerrado por tres lados
que cierran por el cuarto los pe?ascos del cerro, dentro del cual se
hallan dos piedras notables por su tama?o, por su car?cter y por las
indelebles se?ales que en ellas dej? la mano del hombre. Una, forma
parte del pe?ascal inmenso que constituye el coto y parece indudable
estar en el mismo sitio en que la puso la mano de Dios, y la otra, cerca
del ?ngulo S. del cuadrado de que ?ltimamente hemos hablado.
La primera (a) casi esf?rica, de m?s de 4 metros de di?metro, se
apoya en parte sobre otra y tiene por abajo tres agujeros por l?s cuales.
cabe desahogadamente el brazo de un hombre, como que tienen de 0'20
a 0'25 metros de di?metro, y de profundidad uno de los agujeros 0'54,
otro, 0'30, y el otro, menos. No son rectos, ni tienen estos agujeros corres
pondencia alguna en la piedra que est? debajo: no parece que fuesen
hechos por agentes naturales. y no veo tampoco con qu? objeto pudo
hacerlos la mano del hombre, como tampoco se ve qu? fin pudo tener
la especie de pila que tiene en, esta misma parte el referido pe?asco;
pues por encima, en la parte anterior, tiene esta misma piedra una
excavaci?n en que puede c?modamente sentarse un hombre, pues
hay en su contorno una falta y quedar?a por eso el que all? se sentase
de un modo an?logo a si estuviera en una butaca (1). He pensado si
ser?a resultado de haberse roto algo la excavaci?n hecha en la piedra,
pero no hay, a lo menos hoy, se?al clara de desportillamiento alguno
y tampoco se puede pensar que haya sido para asiento, porque mira
a la monta?a y la gran perspectiva que de all? se descubre est? precisa
mente en direcci?n contraria.
Tiene esta piedra no escasa analog?a con una que describe el docto
Marqu?s de Cerralbo en sus Descubrimientos Arqueol?gicos, en el Alto
Jal?n (2), donde hall? una pe?a que tiene as? mismo una excavaci?n
en la cual pod?a ser extendido un hombre de modo que quedasen
colgando sus piernas por un desportillamiento que . presenta tambi?n
la hoya en dicha pe?a practicada. Y tiene tambi?n unos agujeros la
referida piedra, que ?l cree sirvieron para sujetar la v?ctima o abrir la
herida en su vientre hecha para estudiar mejor los movimientos de sus
v?sceras y hacer conforme a ellos los vaticinios consiguientes. Quiz?
tuviese, pues, el mismo destino, y si no lo tuvo, la analog?a entre ambas
(1) Este hueco presenta una falta por el lado de la monta?a.
(2) V?ase la referida obra. Madrid, 1909. De otra habla el Bolet?n de la Real Academia
de la Historia, de Abril de 1917.