BOLETIN
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REAL ACADEMIA GALLEGA
A?o XXI Coruna, 1.? de Abril de 1926 N?m.182
EL GALLEGO QUE NO SE HABLA
Si yo tuviera veinte a?os menos y hubiese de vivir en Galicia
diez o catorce afios, tomarfa gustoso el trabajo de leer manuscritos
antiguos y de recoger muchas frases y voces del idioma de hoy. No
digo en esto que yo serf a capaz de hater el diccionario gallego, sino
porque ayudarfa en algo a los que tomasen el asunto a su cargo.?
Esto escrib?a el erudito Fr. Martin Sarmiento on su famosa carta
al P. Terreros sobre el origen y formaci?n de la lengua gallega,
expresando cu?les son los verdaderos manantiales a quo precisa acudir
para el m?s exacto conocimiento de nuestro idioma; esto es, el vulgar
y el erudito: el primero para recoger las votes de uso diario y de
constante empleo, y el segundo para hacer acopio de aquellas otras
que, por diferentes motivos han ido quedando como olvidadas y fuera
de la circulaci?n.
Y enti?ndase que digo fuera de circulaci?n, que no es lo mismo
que decir anticuadas. En el gallego apenas existen voces que merez
can, on justicia este calificativo; a tal extremo, que on el Diccionario
que tiene on curso de publicaci?n nuestra Academia son muy escasas
las palabras a cuya equivalencia se antepone la consabida abreviatura
de ant. No hay para qu?, tampoco.
El calificativo de anticuada, significa que la voz a quo se aplica
vino a ser, con el transcurso del tiempo y por virtud de la evoluci?n
filol?gica, sustitufda por otra palabra definidora del mismo concepto,
lo cual no quiere decir que sea siempre esta ?ltima mejor ni m?s
expresiva que la suplantada. Precisamente porque suelen no serlo es
por lo quo pudo tener vida, en la actual literatura castellana, con el