6 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
tes ". Para los cartesianos, el animal es m?quina. Dice Feijoo
que atribuyen discurso a los brutos los pitag?ricos (transmigra
ci?n), cita nombres y hace bibliograf?a ?destacando a G. Ro
rario?, el cual pretende que los animales usan, muchas veces,
del discurso mejor que los hombres. Nuestro gallego se sit?a
en medio de ambas tesis, abraz?ndose a "la que parece m?s
razonable, la comun?sima, que tornando por medio de las dos,
les niega discurso y les concede sentimiento" 12.
En muchas p?ginas sostiene que el alma de los brutos es
un medio entre materia y esp?ritu. Entiende por "sentimiento"
la sensaci?n, el alma sensitiva, y niega que los animales tengan
entera libertad e inmortalidad. No admite que tengan verdadero
lenguaje, dice que imitan la voz humana pero no hablan. Pre
ocupado con tan gran problema concluye:
"?Aunque el alma de los brutos se pueda llamar material,
por su esencial dependencia de la materia, no es materia real
mente, sino un ente intermedio entre el esp?ritu y materia" ".
Incidentalmente, volveremos sobre tan resbaladiza cuesti?n.
LA GENERACI?N Y CLASIFICACI?N "EX OVO"
Para estudiar a Feijoo, es preciso tener en cuenta todo el
complicado conjunto de su obra. Errores que Mara??n y otros
le atribuyen se encuentran superados en algunas partes de la
producci?n feijoniana. Este cambio constante de opini?n o de
certeza, se aprecia claramente en la "generaci?n ex ovo", frente
a la cual tuvo dos posturas totalmente opuestas. Primeramente,
afirm?:
"?La generaci?n de todos los animales viene de verdadero
huevo; de modo que lo que antes se juzgaba propio de las aves
y peces, hoy se cree com?n a todos los brutos terrestres, a?n
al hombre" 9.
En otro lugar insiste: "La opini?n hoy muy v?lida entre los
modernos de la generaci?n de todos los vivientes "ex ovo" y de
la delineaci?n org?nica de ellos en el huevo o semilla" ".
" Teatro, III, Disc. 19, n?m. 20.
12 Teatro, III, Disc. 1, n?m. 20, p?g. 196.
" Cartas. t. IV, ?ltima Carta.
14 Teatro, t. VI, Disc. 1.0, p?g. 79 y sig.
" Ibid., VIII, n?m. 25, p?g. 352.