BOLETIN, DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 33
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de . Cernadas. (p?gs. 310 y sigs.), adem?s de . las seguidillas
a las que respondi? con otras 'do?a Maria Francisca, y de
l?s que ya se hizo menci?n. Fills es el nombre con que el
Cura distingue a la ?Musa Compostelana?, a l? que re',
quiebra c?si coma un enamorado. Entre Santiago y Frufme
? aparte ,visitas debi? de medlar una larga y afectuosa
correspond?ncia y ?o pocos donativos en dinero y en es
pecie que la ,? Pula Gallega?, 'remitfa "al. capell?n de la
Virgen de los Dolores'. Las poesfas de Cernadas a do?a
Marla Francisca son siempre respuesta a las cartas y re=
galos de la dama. Tabaco, chocolate, turrones y membrilla
para el goloso ecles??stic?; velas para alumbrar el altar de
su Virgen, inspiran los romances y las d?cimas del impeni
tente versificador. Uno y . otro corresponsal se dan quejas
r?cfprocas y se acusan de ingratitud y olvido. Es una ama
ble y simp?tica correspondencia en verso, sf, pero que poco
o nada tiene que ver con la poesfa. En tales recados rim?=
dos con que se peloteaban, se aprecia su mutua estimaci?n;
el gracejo de ambos y el tono llano y familiar, risue?o y
confianzudo que ten?a su amistad. Es un lugar com?n' decir
que el siglo xviii fu? rigurosamente etiquetero y envarado;
en mil y un documentos, eartas y `poesfas de la ?poca slue '
han pasado por mis manos, en su mayor parte procedentes
de Galicia,. se advierte precisamente todo lo contrario, como
r?salta en este tfpico romance de do?a Maria Francisca.
Las d?cimas que con .el n?mero XV se insertan en las p?
g?nas 316 y 317' del tomo IV `de las Obras del Cura de
Fru?me, pudieran. ser I? contestaci?n al romance gallego de
Fills, puesto que en ellas alude Cernadas a los males de
que, ella le .da cuenta, agradece sus liberalidades ` y'.pide a
la Virgen de los Dolores por su sa?ud, casi siemprealterada:
No puede decirse, ciert?mente, que resplandezcan en
este romance ni la insp r?ci?n ni la elegancia. En noventa
y seis versos'.octosflabos divididos en veinticuatro c?arte
tas, responde al desea del Cura de Frufme, s? amigo, de
que le escriba. Empieza previni?ndole de que no vaya luego
a pesarle que ella se haya decidido. a echar la lengua a
paseo. bAcaso le pide unas letras para que entretanto no
vaya a Frufme ?, piensa maliciosamente la dama. Pues que
venga el Cura ya ahora a pagarle la visita; le ?menaza, si
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