BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 215
por una notoria crisis, fue lo que determin? a Calvo Asensio a
pedir a Murgu?a que compusiese su novela indicada. En la in
troducci?n de la obra, quiz? hecha por el propio Calvo Asensio,
d?cese que para evitar que esa mani?tica y poco afortunada afi
chin conti??e, se ha solicitado de los j?venes escritores, entre
ellos Murgu?a, que den muestra de su ingenio y lo ofrezcan a
sus compatriotas, al objeto de que la tradici?n novel?stica es
pa?ola no se pierda.
?Qu? m?s dir?a el que andando los a?os fue Patriarca de las
Letras gallegas a su comunicante? Posiblemente le ref?rir?a sus
primeros penos?simos pasos en Madrid, una vez resuelto a no
volver por la Universidad a proseguir sus estudios de Farmacia,
en que se dedica por entero a la literatura y forma en aquel
grupo de bohemios escritores y artistas, entre los que figuran
Seraf?n y Joaquin Avenda?o, sus fraternos amigos y paisanos.
Si, con efecto, Murgu?a cont? a ValleIncl?n sus dram?ticos d?as
de la juventud en la Corte, seguro que m?s de una vez Valle
Incl?n' los habr? recordado en los que ?l habr?a de pasar tam
bi?n all?.
Hemos divagado, acaso con exceso, respecto de esta tarjeta
postal; pero posiblemente no estemos errados en cuanto deja
mos dicho, atendidos el cari?o y la admiraci?n, siempre corres
pondidos, que Murgu?a sinti? por ValleIncl?n.
En cuanto a la carta a que hemos aludido, que lleva data de
once a?os m?s tarde: 16 de agosto de 1916, y est? escrita en
Cambados, nos limitaremos solamente a reproducirla y ofrecer,
como de la tarjeta postal, copia fotogr?fica, para la mejor ilus
traci?n del lector. Porque cualquier comentario que hici?semos
de ella ser?a superfluo, por cuanto ya lo hizo y muy sagazmente,
nuestro querido amigo y compa?ero de Corporaci?n don Jos?
Caama?o Bournacell, cronista oficial de Cambados, a quien se
la ofrecimos para componer su interesante ensayo titulado ?Los
dos escenarios de La media noche?, publicado en ?Papeles de
Son Armandans?, n?m. CXXVII. Octubre de 1966, y tirada apar
te de cincuenta ejemplares, uno de los cuales poseemos por gen
tileza del autor.