468 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
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del totem del clam ?,, quien persigue constantemente a las
mujeres para fecundarlas (1).
El totem, pues, para la ingenuidad de estos pueblos de
.
tico del grupo y su decidido protector, si bien a consecuen
cia de. la evoluci?n de la idea tot?mica, han surgido en el
curso del tiempo, aparte del totem gen?tico de ,clam; los del
sexo y clase de edad con car?cter de filiaci?n o categor?a, y
m?s " modernamente el individual, elegido como mero pro
tector por afinidad o simpat?a a gusto del interesado.
Aquella creencia que hace copart?cipe del esp?ritu del
totem a todos y cada uno de los miembrosdel grupo tot?mico,
no humano, pues 'conocido es el hecho de que en' un mismo
poblado o campamento residan individuos de 'diferente" to,
tem; suele admitir que el esp?ritu de los muertos del clan
se refugia Accidentalmente en ` determinado lugar al acecho
de un momento' aportuno para fecundar, a la madre; ahora
bien, la mujer que aspira a tan preciado galard?n, ha de
someterse previamente a ciertas ceremonias : rituales que la
capaciten para tan deseado fin, y, entre ellas, junto con las
danzas previas de las iniciadas, figura el contacto sexual en
determinado lugar y tiempo, y con arreglo, a pr?cticas de
antiguo establecidas.
Hasta aqu? las noticias que nos facilita la etnograf?a, que
si bien ?nicamente podemos tomarlas a titulo indiciario o
de posibilidad, nos permiten sin embargo utilizarlas como
auxiliares para ' tratar de explicarnos hechos revelados por
tradiciones en trance de desaparecer, que encierran en su *
arca?smo reminiscencias de viejos Cultos olvidados, de los
cuales la, masa popular que nos los leg? conserv?ndolos al
(1) Cons?ltense, entre otros: J. C. Frazer: ?Totemisim and Exogamy?,
Londres, 1910; L?vy Br?hl: ;