Boletín de la Real Academia Gallega 199
],Cómo olvidar que España ha ofrecido en otros tiempos
excelentes ejemplos de intenso interés por las cuestiones de
orden penal " ¿Quién no conoce las disposiciones del inmor
tal Código de las Partidas en favor de los presos y las duras
sanciones contra los que los maltrataren? Este humanita?
rismo penal ofrece contraste con los ejemplos de Alemania
en su Código de Doutmund y los sanguinarios tribunales de
la Veheme; de Francia con Cl denominado Eslablecimientos
de San Luis, en el que se castigaba el hurto con mutilacíones y la muerte, y se penaba con la hoguera la unión de un cristiano con mujer hebrea o musulmana: Inglaterra, con cárceles como la de Newgate, centro de Corrupción física y moral. Recuérdese la Bastilla y la Conserjería de Paris con sus siniestros oubliettes:, subterráneos a los que se arrojaban los
presos que quedaban completamente Olvidados. En Francia
y Alemania imperaba el régimen del suplicio de la rueda y
otros procedimentos de tortura (1).
Era la vieja barbarie penal que en nuestros dias parece
revivir en ciertos aspectos, como fatal Consecuencia de la más
terrible guerra que llenó de espanto al mundo.
Trayectoria de sus ideas filosóficas. ? Correspondencia entre SaintBeuve y La Sagra Profesión de fe
ES interesante observar la trayectoria de las ideas filosóficas de La Sagra.
Ha sido uno de los viajeros mas ávidos de reconocer en
su tiempo las ideas filosóficas, sociales y políticas que se
anunciaban en Francia. en Alemania y en otros paises.
Ofrecia Europa entonces un espectáculo curioso en el
batallar de principios contradictorios, y La Sagra supo interponerse en las diversas corrientes. afirmando criterios de
evolución que suscitaron comentarios diversos en ilustres
do La Sagra y la eminente pensadora gallega respecto al sentido humanitarista en el problema penitenciario, nuestro estudio Concepción Arenal Sa vida y su obra. Madrid Libreria General de Victoriano Suárez, 1936.
(1) V. Iniciativas penitenciarias en España Conferencia pronunciada en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación por don Fernando Cadalso, inspector general de Prisiones.