??leitn de la Real Academia Gallega 177
se?ores acad?micos y de los cuales ranchos han visto ya la lnz en
nuestro BoLET?N oficial.
No pertenezco al mundo de los esc?pticos. La falta de ?? en los
destinos humanos, es como falta de amor; infecunda y da?osa. Debe
bos creer on la justicia y el progreso en todas sus manifestaciones,
aunque parezca que algunas veces sufre pasajero y parcial eclipse.
Como promesa de perfeccionamiento inagotable, envuelve ? la huma
nidad un cielo, no exento de nubes, y el camino ? recorrer, no pocas
veoes se presenta duro y peligroso. Cuanto mayor sea el obst?culo,
m?s gloria habr? en removerlo. La realidad se impose siempre, con
una fuerza tal que, en vez de sublevarnos como facciosos, debemos
enoontrarnos preparados ? recibirla como amigos.
* *
Desobra sabeis que.la historiografia ha sido, desde sus primitivos
tiempos, manifiesta acumulaci?n de hechos fabulosos, ? la vez que
narrativas descripciones de guerras y biografias de los personajes,
que m?s 6 menos influyeron en los angles de su tiempo. M? ?ntel?gente
y malogrado amigo, el catedr?tico y miembro de esta Real Academia
Gallega, D. Ram?n L. de Vicu?a, decia ?Durante siglos los historia
?dores propusi?ronse mas deleitar que instruir,,. by escribese de
manera distinta y ya Carlyle no podria decir como en su tiempo, que
?Toda la historia de lo que el hombre ha hecho en este mundo, no es
pen suma, m?s que la historia de los grandes hombres,,. Hoy se da
toda la preferencia ? la sociedad, no dejando que el sujeto la absorva
apareciendo 61, como el objeto principal; evit?ndose asi que los hechos
extornos se impongan ? los internos, quedando estos preteridos y sin
estudiar. El rumbo que siguen los rnodernos historiadores es otro,
pues aunque estudian los hechos de los personajes, que deban figurar
on los fastos hist?ricos, analizan las fases de la evoluci?n en las m?l
tiples manifestaciones de los tres grandes principios que se descu
bran en los anales humanos, el sujeto, el objeto y el fin.
Por eso, una alta personalidad de la c?tedra, del foro y del par
lamento espa?ol, D. Gumersindo Azc?rate, admirado de que haya
quien niegue el caracter cient?fico que hoy tieue la historia, exclama
on su lnminoso discurso de recepci?n 9n la Real Academia de la
Historia: "Pero es por todo extremo extra?o, quo en los tiempos que
?corren, cuando el positivismo dominante declara que el hecho es lo
??nico conoscible, quo los principios y las escuelas no tienen reali