Dolelin de la r eal Academia 6alleg? 175
heleno; bueri ciudadano; integ?rrimo; caballeroso; tierno oomo un
nun(); bueno y cari?oso; de amplio criterio; de vasta ilustraci?n; amigo
bondadoso y lealisimo jefe de hogar. A estas condiciones, cualidades
y virtudes, tendremos que agregar que Ojea era un profundo pensa
dor, un observador, atento y uno de los hijos mas cultos y entusiastas
de esta para nosotros idolatrada tierra.
Ojea estaba dotado de una alta fijeza de criterio politico, pero ?
sin el sectarismo, ni intransigencias de partido, demostrando en esto,
como en todo, su elevada inteligencia y su dulce ? indulgente carac
ter. No vivid de la politica, ? pesar de quo represent? en el Congreso
? un distrito de la provincia de Orense, su pals natal. Republicano,
Ojea, desde que empez? ? ejercitar su raz?n, mantuvose siempre fiel
? sus ideales, a?n dcspu?s de la caida de la Republica, desechando
los ruegos y gestiones de amigos cari?osos y prestigiosos, que inten
taron varias veces llevarlo al campo de la Monarquia. Ojea era un
car?cter ? pesar de su modestia y de su dulce trato, y muri? leal ? la
bandera politica que siempre le habia servido de ense?a y dem?crata
convencido ? impenitente como lo habia sido toda su vida. Ojea, como
todos los pensadores, era ? ratos so?ador, pero siempre demostrando
que cumplia uua alta misi?n, escr?biendo sobre la vida local de Gali
cia. De mi se deck que en ning?n otro autor, de los que dedicaron
su pluma, ? darnos ? conocer las cosas y la manera de ser del campe
sinogallego, he creido encontrar el relieve que avalora y engran
deco las obras de mi amigo, en las cuales podemos admirar la visi?n
grandiosa de la Naturaleza en todo su esplendor, revel?ndonos los
m?s t?picos cuadros de la vida real y la palabra generosa, limpia y
levantada qua arroja luz brillant?sima, sobre la semblanza del alma
gallega.
El Mundo Rural con sus cuadros de perfecta realidad, nada ane
d?cticos, ser? por siempre ur} `libro quo inmotalizar? su memoria.
?Ou?ntos t?os Fabianes podriamos encontrar hoy entre la turba de
usureros, qua se enriquecen con los desgraoiados quo ? ellos acuden!
En cambio, nos seria tambi?n f?cil hallar, entre nuestro clero rural,
almas piadosas como la del virtuoso abad D. Andr?s Maria de la Pu
r?sima Concepci?n, tipica figura h?bilmente elegida por Ojea y que
de manera tan edificante y conmovedora campea en el realista cua
d ro Oanci?n de la Miseria.
C?lticos es otra de las obras quo caracterizan y avaloran eu ilus
tre personalidad, como literato y como cuentista. La leyenda imagi
nativa constituye el nervio de este bellisimo ]ibro y en ella Ojea,