174 Dolel?n de la Real 5 cademia Sallega
debo confesaros con toda ingenuidad que, al posesionarme del sitial
que me habeis designado, me siento seriamente contrariado, ante el
temor de que por mi incompetencia, no resulte mi ayuda tan eficaz
como grandes son mis alientos, respondiendo as? mal ? vuestra con
fianza y prop?sitos. Empero, debo deciros con franca sinceridad,
que con la alta distinci?n que tan espont?neamente me habeis otor
gado, me encuentro aqui como en mi propia casa, entre los mios y
fortalecido con vuestro contacto, porque el hombre aislado es una
manifiesta abstracci?e, y vuestra merit?sima labor me "servir? de aci
oate y provechoso estimulo para ejercitar rnis facultades en pr? de
la finalidad de este centro y de la cultura general en Galicia. Cont?d,
que yo jam?s olvido aquel conrninatorio apotegma: "Quien no espera
veneer est? vencido?.
Con entusiastas anhelos acudo diligente ? vuestro llamamiento y
gustoso lleno el debar que tango de recordar aqui la imperecedera
memoria, del que fu? prestigioso Acad?mico de n?mero D. Jos?
Ojea, cuya vacante inmerecidamente vengo ? ocupar, por vuestro
benepl?cito y elecci?n. ?
Al reseiiar, siquiera brevemente, los m?ritos y grandes cualida
des que le adornaban, no se me ocultan las difioultades que ofrece el
trazar la semblanza de un hombre de tan alto valer intelectual y ?
moral, ni debo olvidar aquella regla que Quintiliano establecia para
juzgar ? los hombres que se hicieron acreedores ? la p?blica estima
ci?n, por sus talentos y sus virtudes.
Su muerte, representa una gran p?rdida para esta Academia y
para las letras p?trias. Para el que tiene en este momento el honor
de dirigiros la palabra, el i? Dios! eterno de un amigo del alma ? quien
jam?s podr? olvidar. Su recuerdo de tal manera embarga en este
momento mis facultades, que dudo si conservar? bastante serenidad
de juicio, para exponeros en toda su realidad, el retrato intelectual y
psicol?gico de Ojea; dudo si on asunto que tango me afecta, podr? Ajar
bien el sendero por donde voy ? debar correr las ideas, acaso un pow)
.
y como cuanto mueve el sentimiento ? una f?cil explosi?n, necesitada
de vuestra ben?vole?cia.
Como ofrenda, que piadosamente deposito en el altar consagrado
por sus admiradores ? la memoria do Ojea, permitidme que evoque
el recuerdo, no solo del insigne acad?mico y cultisimo hijo. de esta
regi?n, sino tambi?n del prosista galano, fluido, correctisimo, apasio
nado y vehemence como un convencional; artista delicado como un