36 oletin de la Real Academia Gallega
en los mismos, con especialidad con el Norte, fueron causa de que r?
pidamente se extinguiese de las costas gallegas, la codiciada pesca.
En las aguas de Mar?n, en 1848, se cogi? una ballena de regulares
dimensiones, cuyo esqueleto se conserva en el Instituto de Ponteve
dra; y hace pr?ximamente dos a?os, que, ? la altura de las Sisargas
fueron descubiertos y tra?dos muertos, ? nuestro puerto, tres balle
natos, de regulares dimensiones, que por ignorancia de sus due?os, no
pudieron utilizarse en gran parte.
Tal es, descrito ? grandes rasgos, cuanto hemos podido encontrar
en diferentes documentos antiguos, relativos ? la pesca de la ballena
en las costas de nuestra regi?n.
Cierto que existen otros datos, en donde se prueban los derechos,
que tanto el Arzobispo de Compostela, como lo antiqu?sima casa de
Altamira, percib?an por diezmos de esta clase de pesca en diferentes
puntos de Galicia; pero, unos, apenas de inter?s, y otros ya publicados,
no hemos cre?do conveniente relacionarlos, concret?ndonos, ? lo que
hasta nuestros d?as, aparece como desconocido.
Coru?a. ANTONIO A. REY ESCARIZ.
P?GINAS DE LA HISTORIA CORU?ESA
LA CONSTITUCI?N DE 1812
Cuando, entre el estruendo y horrores de la guerra, se acord? el
llamamiento ? C?rtes, y ?stas se reunieron en la Isla de Le?n, puede
decirse que entonces se ahond? m?s la divisi?n entre los espa?oles, y
comenz? un nuevo per?odo evolutivo en nuestro interno modo de ser.
Al exteriorizarse en las C?rtes, y por medio de la prensa pol?tica
que naciera aquellos d?as, los dos bandos en que hab?a de dividirse la
sociedad espa?ola, la Coru?a, donde siempre prevaleciera el esp?ritu
progresivo, se decidi? francamente por el m?s avanzado, y en su pren
sa encontraron decidido apoyo las nuevas orientaciones pol?tico socia
les. Los elementos retr?grados, que en nuestra ciudad se albergaban,
ex?ticos y cortos en n?mero, (1) apenas dieron se?ales de vida, hasta
(I) Sus principales partidarios eran los frailes, especialmente los mercedarios