Doletin de la Real Academia Gallega 53
)primeros aflos estuvo ya entre la vida y la muerteo, dice uno de sus
mejores bi?grafos. ?
El clinia h?medo y fr?o de la estaci?n invernal en In ciudad nati
va, r?sent?a el tierno y delicado organisno de la infantil Ros?l?a, y la
? Ilevaban ?al borde del sepulcro, en el que tantas veces tuvo puesto su
(1). Parec?a destinada a vivir lo que viven las rosas: el espacio sle
una ma?ana; pero en las risuerlas y floridas campif?as padronesas en
contraba nueva vida, y sent?a cual se renovaba todo su organismo on
aquellos lugares que fueron hogar de sus antepasados y ?la que llegaba
asemejante a una planta que se inclina y agosta, se levantaba y rover
:dec?a, y tornando a la vida, a las ilusiones de la juventud, a todo
? cuanto de risuef?o llena a su hora el coraz?n de las doncellas. , (2).
Fuera de estas temporales ausencias, Rosal?a creci? y se educ?
en Santiago, al lado de su madre.
III
Apenas entrada en la vida, a los once afios, esa voz misteriosa y
escondida conque Dios conversa con sus elegidos, despert? en su alma
las sensaciones de lo bello, y, Rosal?a, escribi? sus primeros versos,
vagidos de un alma que despertaba al arte.
Obra de sentimiento, esas exhalaciones del esp?ritu, conque la
poetisa se revelaba y daba expansi?n a los efectos.de su coraz?n, no
perduraron.
Con la misma f?cil espontaneidad que eran compuestos, eran ol
vidados o destru?dos.
Solo pocos, muy contados, conoc?an sus excepcionales condiciones
para la versificaci?n. Uno de ellos fu? el inspirado y malogrado poeta
Aurelio Aguirre, al que un d?a, en una composici?n de ?ste que hab?a
le?do el propio autor, hubo de llamarle la atenci?n Rosal?a, sobre un
verso cojo. Fu? entonces cuando el c?lebre poeta note) en su joven
amiga las excelentes disposiciones que ten?a para el cultivo de las
musas.
Algunos bi?grafos nos dicen que las primeras composiciones de
Rosal?a fueron le?das on el ?Liceo de San Agustin*, de Santiago, en
las veladas en que tomaban parte el bardo bergantifi?n, Eduardo Pon
j dal, el rom?ntico Aurelio Aguirre, y el tierno y sentimental Luis Ro
(t) Manuel Murgu?a: Los Precursores, p?g. 175. Coru?a, 1885. ?
(z) Murguia: Obra citada.