38 Dolel?n de la Real cademia Gallega
me antoja algo as? como un fasto acontecimiento en las regiones siderales, en
que todos los astros fijen su mirada contemplativa, at?nita, en el astro de luz ?
m?s esplendente que lenta y majestuosamente desciende hacia el ocaso.
M?rgu?a` es el astrorey en el cielo de in literatura castellanogalaica. Su
labor intensa! fu? consagrada por entero ? la dignificaci?n y engrandecimiento
de Galicia. Y sobre su obra cultural, maravillosa, fecund?sima, lev?ntase como
un mon?mento literario la ?Historia de Galicia?, quo es el asombro de cuantos
se expresan en habla castellana. Castelar afirmaba que bastaba leer el pr?logo
de esta historia para comprender que Murgu?a era uno de los m?s grandes es
critores del siglo xlx.
Tiene el Centro Gallego'de la Habana, con cuya presidencia me honro, el r
galard?n de haber c?ntribuido con su peculio ? la publicaci?n de la ?Historia de
Galicia? por el gran Murgu?a. Lo menos que pueden hater los cuarenta mil ga`
llegos que ini;egran nuestra poderosa instituci?n regional, es testimoniar por mi
conducto la simpat?a y la admiraci?n y el orgullo que sentimos por el patriarca
de nuestras letras; por el mentor de varias generaciones de gallegos entre cuyos I
disc?pulos descuellan los Curros Enriquez, los Vicenti,. los Basilio Alvarez. 1
Honor al m?s insigne gallego de nuestra ?poca. ?Gloria ? Murgu?a!
ANGEL BARROS.?
?Hay sores quo traen al mundo una alta mis??n quo cumplir; ? estos sores
privilegiados parece que la muerte los respeta, y is providencia vela cuidadosa
mente por ellos, para que puedan dar fin it su obra, y cumplir la sagrada misi?n:
? que estaban predestinados.
Por eso, pasan a?os y a?os, y Manuel Murgu?a vivo y seguir? viviendo,
porque es necesario quo viva, porq?e no p?ede morir, sin antes terminar de es
cribir la ?Historia de Galicia?, quo el destino y los hombres le encomendaran.
Despu?s.,. despu?s, Manuel Murg??a vivir? eternamente, mientras vivan
amantes de la historia y de las tradici?nes gallogas.
Dr. R. GARCIA MON.?
?COMO SIEMPRE
Antigua Is historia es;
A los buenos y ? los justos
Los matamos ? disgustos
Y los iloramos despu?s...
LEOPOLDO CANO.
Va acerc?ndose la hora de la apoteosis demandada por la justicia y sistem?
ticamente negada por la protervia. Ante la visi?n de la muerte quo avanza, las
muchedumbres empiezan ? congregarse en torno del augusto precursor de las
libertades gallegas, y preparan para la loa y el aplauso las lenguas y las manos,
quo siempre han estado prontas al inmerecido agravio. Es un consuelo en el que
hay mucho de sarcasmo; pero ya quo no sea dable al genie vislumbrar la gloria