da desde Roma, para que en el plazo de tres ,meses hagan comparacer
ante ra Sede apost?lica, al Obispo de Orense Pedro. I??ezde; Novoa;. ?.
Martin Pedro, Arcediano; Pedro Velasco, Maestreescuela; Gonzalo Nu
i ez, y otros muchos cl?rigos . y legos, por haber cometido; violencias,
cr?menes, robos y sacrilegios en el convent? de, Franciscanos,de laciu;.
dad de Orense.
Conduelese el Pont?fice de que persona de orden eclesi?stico ha
yan perpetrado tan enormes cr?menes, en desprestijio, de la dignidad
sacerdotal, relajando la disciplinay dando al pueblo un ejemplo trist?
sitno. Con lastimosas insinuaciones ha Ilegado ? Roma la estupenda
noticia de que algunos vecinos de Orense, obligados por 'amenazas.de
su obispo que ejerc?a en la ciudad jurisdicci?n eclesi?stica y civil, atro
pellaron, violentamente el convento residencia del Guardi?n y sus ama
dos hijos y hermanos de la orden de M?nimos. Estos, por aviso, confi
den?ial, hall?banse cerrados en habitaciones interiores cuando.G?mez,
los hizo morir despedazados. No bastando estos horrorosos cr?menes,
echaron al fuego las im?genes, y robaron alhajas ;y vestduras, y ;tras
tanta efusi?n de saugre, la iglesia qued? privada por mucho;tiempo do
los divinos oficios.
Aun despu?s del desastre, el Guardian con algunos monjes, por
milagro salvados, intent? quejarse al prelado, sien.do nuevamente atro
pellados.
As?,, por honra de la Sede apost?lica?dice el Papa Bonifaoio es
necesario que el obispo sea sometido como un mulo;bajo la;clausura
de esos frailes,. y el Castellano y otros ya nombrados, que no satisfe
chos con las crueldades y excesos llevados ? t?rmino, acumu1aron otras
injurias robando libros, vestiduras, ornamentos eclesi?sticos y objetos
dedicados al culto llev?ndolos ? casa del prelado. Y aundespu?s .de lo
antedicho, algunos sat?lites y fainiliares del obispo, mandados por este,
volvieron '? la iglesia y convent? de M?nimos, para insultar y apalear ?
los aflijidos monjes. Castellano, jefe temporal de la ciudad, con otros
oficiales y familiares del obispo, niandados. por el mismo prelado, por
el Arcediano Martin Pedro; Velasco, Maestre escuela, y Gonzalo Nu?o,
Cantor de la Catedral, todos sus familiares y muchos cl?rigos y legos,
enfurecidos, desalmados, y sin respeto ? lo sagrado del lugar, quemaron
las puertas del convent?, rompieron is clausura de las habitaciones y
echaron per tierra la puerta de is sacrist?a en donde estaban escondidos
el guardian y frailes. Incendiado el edifi cio por distintos puntos,L bun
didoel techo de la iglesia, convento y sacrjst?a, fueron,barbaramente
d estru?dos.