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276 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
seguridad, recurri? la comunidad de Santo Domingo de Lugo
al Sumo Pont?fice pidiendo la confirmaci?n de lo hecho; por
el visitador, y ante esta solicitud se le se?al? un plazo al men
cionado G?mez para que presentase a la Santa Sede las ra
zones en que fundaba su derecho, a lo cual contest? ?l por
medio de su procurador Pedro de ,Parega, cl?rigo de la di?
cesis de Mondo?edo, enviando a Roma la renuncia de todos
los derechos que pudiera tener al beneficio de Montecubeiro.
Despu?s de estos tr?mites legales accedi? el papa, que era
Le?n ,X, a lo solicitado por los dominicos, lucenses, confir
mando la anexi?n hecha por monse?or Carrillo y declar?n
dola v?lida, sin necesidad de la aprobaci?n del Ordinario, ni
de cualquier otro requisito legal; pero salvando los derechos
de la Orden de San Benito, si se determinaba, a poner, all? un
abad antes de que surtiera efecto esta bula de confirmaci?n,
que fu? expedida :en Roma con fecha 9 de noviembre, ide
1517 (1). En la misma bula se impone. al convento de Lugo
la obligaci?n de tener siempre en Montecubeiro dos religio
sos que velen por el culto y atiendan a las necesidades espiri
tuales y la administraci?n de Sacramentos de los feligreses
de dicha parroquia, confiada a sus cuidados desde el mo
mento en que se han hecho cargo del monasterio y de sus
bienes y emolumentos, entre los cuales, se contaban los del
beneficio parroquial.
Ten?a tambi?n el convento dominicano de Lugo el bene
ficio de San Andr?s de Mirandela, en dicho municipio de
Castroverde; pero no sabemos en qu? forma lo .adminis
traba, porque no poseemos otras noticias que las consigna
das por el obispo de Mon?poli en su historia de. la Orden
cuando dice: ?Ten?a este convento dos lugares, el uno San
Cebri?n de Montecubeyro en el cual el prior del convento
tiene la jurisdicci?n, y es el beneficio tambi?n del convento;
el otro se llama Mirandela?
FR. AURELIANO PARDO,
O. P.
(1) En el a?o 1466 no hab?a sido abandonado a?n este monasterio por
los b?,nedictinos, como se ve por un breve dirigido al abad del mismo por
el Papa Paulo II. Cfr. Espa?a Sagrada, tomo XLI, p?g. 138. Madrid, 1798.