2o4 DoletIn de la Real Mademia Gallega
Lloremos con nuestra patria, la muerte del poeta; pero al mismo
tiempo evoquemos siempre su veneranda memoria como un ejemplo,
para la dignificaci?n y engrandecimiento de esta bendita tierra, que
era el m?s grande, sin? el ?nico amor, de nuestro bardo.
Nada tan grato para el alma ?allega del m?s gallego de todos los
poetas.
BRINDIS ?
? PRONUNCIADO EN EL BANQUETE DEMOCR?TICO DE CONJO EL 6 DE MARZO DE 1856 (1) ?
Brindo por quien, sellores, la victoria,
muerto m?s no vencido, di? al tirano; '
al ilustre var?n de alta memoria,
el c?lebre Cat?n republicano:
. de nuestra idea a la futura gloria;
y brindo por el pueblo soberano,
y a quien acate, libre como el viento,
" el vuelo del humano pensamiento. ?
? ^. Oye, oh pueblo, sectario'de una Idea,
bendecido por Dios: oid hermanos:
? no abandon?is el campo de pelea;
todos sois en la tierra. soberanos.
Ya rompe nuestra aurora y centellea,
y ha quemado la frente a los tiranos,
que, cobardes, les ciega y les asusta
el resplandor de la verdad augusta.
(1) Fu? organizado este banquete por los estudiantes de la Universidad de Santiago,
quienes, dando muestra de su amor al progreso, quisieron, en aquella ?poca en que el esp?ritu
democr?tico hac?a su aparici?n en Espa?a, consagrar las nuevas ideas celebrando en el bosque
de Conjo una fiesta en honor de la clase trabajadora. ?
Asistieron al acto un patrono y dos individuos de cada oficio, invitados al efecto por
los estudiantes, que vestidos de frac, sirvieron a la mesa a los representantes del proletariado.
En el banquete se pronunciaron elocuentes y fogosos brindis., siendo los de Pondal y
Aurelio Aguirre, considerados como verdaderamente revolucionarios, por lo cual, ambos estu
diantes, fueron procesados por la Audiencia de la Coru?a, y a no ser por la oposici?n del
fiscal de Santiago, que inform? .que no hab?a motivo para tanto rigor y que se opondr?a a toda
clase de castigo, no fueron deportados a las islas Marianas.
El acto tuvo gran resonancia en toda Espa?a, y en la prensa de la ?poca puede verse
la rese?a detallada de lo ocurrido entonces.
Publicamos el brindis de Pondal conforme fu? escrito aquel d?a, con las incorrecciones
propias de quien empezaba su carrera literaria.