244 BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
c?ndose mayormente a la ?nse?anza;; fu? el profesor de mlichas
generaciones, incluso del actual Jefe del Estado.
A este per?odo' pertenecieron Juan Jose Otero y Antonio Jaspe.
Un pintor que llam? poder?samente la at?nci?n`com? minia
turista en la exposiei?n, de Madrid' del a?o. ;4942, .fu?. iD:. Vicente
Diaz, autor de obra ul?ltiple .y varia, dedicado, ,como su compa.
?ero Vega a, la ?nse?anza.
D, Ildefonso Sanz, D. Emiliano Bal?s, D. Antonio Ant?n ,y
D. Leopoldo Boado, eontribuyeron igualmen.te a la .vida artistica
ferrolana.
Disc?pulo Idestacado de Vicente D?az, a quien desbord? ,coma
?rtista,.r?pidamente fu? el azaroso y; bohemio Maximo llamas.'
Rebuscando en "La Ilustraci?n'Espa?ola y Americana", en "La
Esfera", el "Nuevo Mundo" y "El Blanco y'Negro", pueden ha
var? uada de esta alta figura enlutada, con 'su melena de ala de
cuervo solve su cara,p?lida. No tuvo tiempo de trabajar para la
posteridad ; trabaj ? 'sin lregua ,para la aetualidad ; fu? de , esos
artistas que irrmol? su genio, d?a tras (l?a, .al destino triste, del
? vivir cotidiano sin una oportunidad papa la obra perdurable. Fu?
el pintor del Espanto y de la Fantasia. Fu? tambi?n el primer()
que, en la historia de la pintura ferrolana,' se enfrent? con la
"saudade" del paisaje gallego. En Maximo. Ramos, Bello Pi?eiro
e Imeldo Corral, est? el punto de partida:. de la escuela local
? ferrolana.
Recientemente, nuestro m?xim& pintor, D. Fernando Alvarez
de Sotomayor, tuvo la gentileza de obsequiar . a s? pueblo con
su ?ltima exposici?n.
Hoy d?a, ;al contrario 'de lo que ocurria hace apenas tres ,d?
cadas, se considera `?peligroso", a?n para el aficionado, pintar algo
que no sea del natural. Sin acuendo previo, "El Cadaval", "La
ermita de ;Chamorro", "El Crucero de Franza", rincones de Man
d?a, El Seijo, Doni?os, casi siempre los mislnos, siguen siendo
la tem?tica do centenares de obras.
Han fallecido ya, Bello Pi?e ro, ValenC?n Castro, Carmelo
Gonz?lez...
imeldo Corral, amurallado con su obra, tocado con su chalina
y su chambergo, sigue trabajando entre brumas de recuerdo.
Par hacerse un .poco excesivo este trabajo y no habernos pro
puesto otra cosa que una mera enumeraci?n de los valores del