Doleiin de la Real ,kcademia Gallega 313
fondo de nuestra arca de siete sellos, y he aqu? por qu?, cuando los arios
pasan, el nombre de Rosal?a trae a nuestros labios esa piadosa sonrisa y
a nuestro coraz?n ese inefable c?mulo de sentimientos que despierta el
fortuito hallazgo de la flor marchita entre las p?ginas del olvidado libro
que el caprichoso azar torna a poner en nuestras manos. Y como tim
bres son del verdadero arte la universalidad y la persistencia, los futuros
como los presentes, los ancianos y los mancebos sufren y sufrir?n el mis
mo imperio ante esas p?ginas inmortales: ellas constituyen algo honda
mente querida y gustosamente recordado y como a la vez responden a
sentimientos profundamente sentidos y sinceramente expresados, vienen
a ser como fibras palpitantes de un coraz?n que sin doblez se entrega,
como ayes de un alma que buscan afanosos la hospitalidad de otras al
mas, fundi?ndose en hipost?tica comuni?n obra y autora.?
Sigue haciendo un an?lisis de la obra po?tica de Rosal?a, y un estu
dio profundo de sualma cari?osa, dulce, llena de saudades, y vaguedades
amorfas y tristezas, y termina con un saludo y excitaci?n a la mujer ga
llega para colaborar en la obra de redenci?n regional.
El Sr. Rodr?guez Gonz?lez di? lectura a una bell?sima composici?n
suya, en gallego, por la que mereci? muchas felicitaciones.
Hablaron despu?s los Sres. Garc?a Mart?, Rey Soto, Cabeza Le?n y
Porteiro, siendo muy aplaudidos sus discursos.
El Secretario de la Liga de Am?gos, Sr. La Riva, ley? la siguiente
sentida carta del patriarca de las letras gallegas Sr. Murgu?a:
?Sin duda, amigos m?os, quiere el cielo castigarme con el peso de las
emociones que experimento, a un tiempode dolor y de ?ntima satisfac
ci?n. Nunca dud? del alma de nuestro pa?s, en ella tuve puesta la seguri
dad de su gratitud clara, viva, profunda, y con ella el cari?o con que
mira la producci?n po?tica, con que la excelsa Rosal?a?pertriitidme que
as? la califique?levant? er. los momentos de la postraci?n y decadencia
que,her?an Galicia, dandola a conocer en sus bellezas a propios y extra
?os, prometi?ndole los mayores triunfos, y d?ndole con su amor, cuanto
era preciso para reivindicar todo lo sagrado que aun guardaba la patria:
lenguaje y poes?a.
?Vosotros lo sab?is bien, vosotros que no negasteis ning?n g?nero de
reparaci?n a la inspirada. Dios os lo pague! Bajo las b?vedas de vuestro
templo, le disteis sepultura, y ahora al pie de los ?rboles y rosales que
circundan su estatua, la pon?is como diosa protectora, diciendo a todos ?
los suyos:?Ah? la ten?is! Buena y santa, reinando en los campos y
ciudades de Galicia, su madre. Nosotros hemos cumplido como hijos de