VALLEINCL?N Y EL CONCEPTO DEL TEATRO 5
lo sucesivo a la hora de interpretar y valorar el teatro de nuestro
dramaturgo.
A su vez el catedr?tico de Literatura Anthony Zahareas, re
conociendo que las experiencias con el teatro valleinclanesco
est?n todav?a por hacer, indica que "debe se?alarse, como ya se
ha hecho repetidas veces, que la novedad m?s importante de la
escena espa?ola de estos ?ltimos a?os ha sido el reconocimiento
glorioso del teatro del ilustre gallego". Y contin?a:
"Como don Ram?n escrib?a siempre, seg?n su propia confe
si?n, en forma esc?nica, dialogada, con una dedicaci?n a los
experimentos y al desarrollo de t?cnicas teatrales, muchas de
las cuales est?n todav?a por explotar en la escena europea, se
le considera el primer autor dram?tico espa?ol; y como, tambi?n
seg?n ?l confes?, no le preocupaba que sus piezas pudieran ser
o no representadas m?s adelante, es decir, como no escrib?a ni
para el p?blico de su tiempo ni para los empresarios comerciales,
su teatro estaba contra la rutina y la pereza mental y, como
observaba agudamente hace poco en el "ABC" otro dramaturgo
gallego, Jos? Ruibal, tal actitud le acarre? dificultades al autor
dram?tico: "De ah? su valor ?tico. ValleIncl?n, velando por la
calidad art?stica de su obra y por su independencia de escritor,
se encontr? rodeado de obst?culos. Pero hoy, a m?s de treinta
a?os de su muerte, ?qui?n ha dado m?s que ?l?" 4.
Ante estas atinad?simas observaciones parece obligado se?a
lar, desde la parvedad de nuestra modestia interpretativa, c?mo
era o, acaso mejor, c?mo es, en t?rminos generales, el teatro de
ValleIncl?n, cu?les sus caracter?sticas esenciales y, a su vista,
establecer el debido parang?n con su respuesta en la carta que
motiv? este breve ensayo.
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En la dramaturgia y tem?tica de ValleIncl?n se aprecia in
dudablemente una evoluci?n est?tico psicol?gica, una adapta
ci?n metamorfoseada no a las f?rmulas entonces en uso, sino a
su propia espiritualidad y concepci?n literaria, despu?s de un
' "Teatro selecto de Ram?n del Valle Incl?n". Introducci?n de Anthony N.
Zahareas, catedr?tico de Literatura. New York University. Escelicer, 1969, p. 7 y 8.