20 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
futuro se hizo gozoso presente y realidad, y en que ValleIncl?n
fue profeta de s? mismo, pese a las incomprensiones y a las difi
cultades que hubo de vencer para dignificar el teatro y estable
cer la debida correlaci?n an?mica entre la escena, el autor y el
p?blico, como ?l propugnara.
Por todo ello, su carta del 12 de diciembre de 1922 ha de ser
considerada como modelo en su g?nero y arquetipo de la actual
realidad esc?nica, dentro de los moldes cl?sicos de la arquitec
tura del buen teatro y como remedio para resolver la crisis tea
tral, a que se refer?a en la entrevista concedida a Est?vez Ortega
en 1926.
En esa misma entrevista a?adir?a que la causa de nuestra
decadencia teatral radicaba no tanto en la incultura del p?blico
como en su mal gusto, ya que aqu?lla es susceptible de ser supe
rada mediante la educaci?n, mientras que "un p?blico que se
cree educado y que est? viciado y corrompido con comedias est?
pidas, no tiene remedio".
Es en este momento cuando, a la confirmaci?n por parte de
Est?vez de que hay poco p?blico de gusto, sentencia ValleIn
cl?n: "El artista debe imponerse al p?blico", a?adiendo: "Yo...".
Acaso por pudor no quiso terminar la frase, pero pudo decir:
"Yo lucho por educar al p?blico; contra su incultura teatral,
incluso contra su mal gusto. Es labor pestalozziana de tiempo.
Quiz? yo no llegue nunca a ver su cambio, pero lo presiento;
sin duda alguna s? que se efectuar?. Nuestro d?a llegar?".