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Orense. Y, a decir verdad, sus libros El Pontificado Gallego,
Gr?nica de los Obispos de Orense, Guerra hispanolusitana, Armas
de Orense y El Rio de Limia, dicen bien a las claras ser hart?.
leg?timo el titulo y merecido el renombre de que disfruta en las
galaicas letras. No es, pues, maravilla que al teller yo noticia de
' la publicaci?n de su Ultimo libro, Orensanos ilustres, me formara
alto concepto de su val?a. Y ahora, despu?s que he tenido ocasi?n
de leer la obra y gozado no poco con su lectura, me ratifico en mi
juicio anterior, y no puedo menos de confesar que en Orensanos
ilustres he admirado la exactitud de las noticias, la claridad de las
ideas y lo h?bil y atinado de la expresi?n.
Verdad es que el Sr. Fern?ndez Alonso nada nos dice de los
orensanos notables de hoy, de los que actualmente viven sobre la
tierra y son honor y gloria de la regi?n amada; para nada men
ciona a los eximios poetas Eladio Rodriguez Gonz?lez y Antonio
Rey Soto, ni al sabio ingeniero naval Gustavo Fern?ndez Rodri
guez, como tampoco a los hoy fallecidos Manuel Martinez Suei
ro y D. Antonio Garcia V?zquez Queipo (1), ni a los insignes
profesores Antonio Fern?ndez Bordas, Tiberio Avila, Manuel M.
Risco y Eloy Luis Andr?. El Sr. Fern?ndez Alonso s?lo se ocupa
en trazar las biografias de los muertos ilustres de nuestra provincia,
que m?s se distinguieron por su ciencia, sus virtudes y sus m?ri
tos. Mas esto no obsta para que Orensanos ilustres sea en su
g?nero obra de gran utilidad, de indiscutible valer. De su impor
tancia podr? formarse una idea el estudioso lector, con s?lo saber
que en ella se nos habla de esclarecidos obispos como Idacio y
San Rosendo; de esforzados guerreros como Benito Baiios, el pri
mero que, en uni?n de Alvar Coledro, escal? los muros de C?rdoba
en la conquista de San Fernando, y Rodrigo de Villandrando, que
se sacrific? por su rey, presentando serenamente el pecho a los
aeeros de los conjurados; de intr?pidos marinos y exploradores
como Juan de Novoa, que descubre y bautiza con el nombre de
Santa Elena la isla que, andando el tiempo, hab?a de hacer fa
mosa Napole?n en su desgracia; de expertos y sagaces diplom?ti
cos como Baltasar de Z??iga y su hermano Manuel, virrey de
N?poles; de te?logos y polemistas como Fr. Tom?s de Lemos; de
(1) Natural de Vilela, provincia de Orense, var?n cultisimo, poeta
distinguido y traductor egregio, cit?ndose entre sus mejores versiones del
alem?n, El Anillo de Policrates, de Schiller; del italiano, A Cruz, de Pedro
Pablo Parzanese, y del ingl?s, San Francisco de As?s y El Lobo, de miss
Tinan.