Eladio Rodríguez González
BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
airoso, debe hacerse así, pues la verdad debe prevalecer siempre. Mas, como este amigo es tan celoso de los prestigios de la Academia, como lo demuestran sus excepcionales y valiosisimos servicios á ella prestados, que no deseara hacer nada, que pueda en cierto modo restar prestigios á la Institución de su digna Presidencia, pareceme que V. con su autoridad, con su bondadoso requerimiento podría conseguir que todos cediesen algo en sus fueros y lograsemos esa fraternidad que es el alma, el prestigio y la vida de todas las Corporaciones. Hagalo V. así mi buen Eladio, que será un servicio más que le deberemos todos y de tal naturaleza, que tal vez sea el mayor que á nuestra querida Academia se le pueda hacer. En rededor de una mesa, preparando de antemano á los que en ello han de estar, poniendo en alto el guión que V. empuña tan digna y acertadamente, y dirigiendo a todos palabras de amor y confraternidad, tal vez se consiga, el que todo siga como hasta aquí, que sería lo mejor para todos. Si lo que no creo en modo alguno, no lograse reducir á unos y á otros hubiese que dar su opinión todos y cada uno de los academicos, la de este su compañero es la de adhesión á la proposición que solicita figure el nombre de su autor. D. Cesar Vaamonde Lores, por encargo de la Academia y con la aprobación de la misma. La formula ?ordenado por D. Cesar Vaamonde, con la aprobacion de la Academia?. Si satisfaciese a este, tal vez fuera mejor. Entendiendo que de llegar á este extremo, fuera más propio (aparte su propio merecimiento) que el autor del Diccionario fuese Academico de número pongo mi nombramiento de tal á su disposición para que sea nombrado el Sr. Vaamonde, si con ello puedo hacer un servicio a la Academia, tanto más cuanto el tiene merecimientos para serlo y yo no. No puedo terminar estas lineas sin indicar a V. un punto, que creo debe la Academia fijar en el su atención. Trátase de que esta haga un llamamiento a todos los hijos de Galicia, para que esta no pase por la vergüenza de permitir pase a otras manos, la casa de nuestra Rosalía. Un llamamiento á America y hasta iniciar la Academia una suscripción nos evitaría ese bochorno. Que los académicos (yo al menos lo soy) somos personas de escasos medios... No importa: cada uno hace lo que puede, todo menos permanecer en esta indiferencia... A V. por su cargo y por ser uno de los astros mayores de nuestro cielo poetico, le está encomendada esta gloria, compañero. Con recuerdos a los amigos, sabe es siempre suyo buen amigo que le abraza. Wenceslao Requejo.
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Vigo, 7XII28 Sr. Eladio Rodríguez Gonzalez Mi querido amigo y Presidente: recibo su muy grata noticia, sintiendo muy de veras que no se hayan podido conciliar esos ánimos antes de llegar a resolver en votación el asunto del diccionario. Sabe V. bien por mis cartas cual es mi criterio en ese punto: paz y armonia, mas desde el momento que para llegar á este fin es preciso votar, ruego a V. me tengan por adherido á la moción presentada por los Sres. Lugrís, Estrada, Sampedro, Tojo, Cabeza, etc. á fin de que aparezca en la portada del Diccionario, como autor del mismo por encargo y con la aprobación de la Real Academia el nombre de su Bibliotecario, Don Cesar Vaamonde. Comprendo muy bien que V. habrá tenido que luchar para evitar que estos pugilatos saliesen a la luz pública; más una vez llegadas las cosas a este extremo, se impone el decidirse por lo que uno entiende es la expresión de la verdad. Acompaño mi voto para Solá y creame es para mi una satisfacción, pues creo es merecedor de figurar entre los numerarios de la Academia, que tanto la prestigian con sus nombres. Le saludo con todo afecto y le envia un estrecho abrazo su siempre devotísimo Wenceslao Requejo.
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Nº 362