6 $olet?n de la Peal j5eademi? Gallega
corresponsales del Diario Espanol` y Diario de la Marina, de la Ha
bana, y muchos otros de los peri?dicos de Madrid, Barcelona y de toda
la regi?n gallega.
(En lugar correspondiente publicamos la lista detallada de todos
los asistentes y sus representac?ones.)
" ?Al descorcharse el ?champagne?, inici? los brindis
El Sr. Casts
?CQmenz? expresandola emoci?n que sent?a, y diciendo qua la
ofrenda de amor que se hacfa en la casa de ?Artesanosb ? Murgu?a, era
no s?lo de Galicia, sino de Espa?a entera, aunque singularmente nues?
tra tierra tenga un culto por la ilustre y venerada figura.
=Exalt? esta figura del caudillo de todas las .causas nobles, del
adalid preclaro de esta regi?n, sacerdote y ap?stol del resurgimiento de
Galicia.
?En hermosos perfodos determ?n? quo todos cumplfan un deber
con aquel homenaje; expres? lo que significa la admirable labor de
Murgufa; evoc? sus dfas de lucha, reflejados en su propia historia, y
las campa?as en que dej? girones de su alma, y dijo qua aun cuando
el muera, su esp?ritu vendr? ? reanimar ? la Patria recor?ando el surge
et ambula de Cristo.
=Proclam? que cuanto es Galicia, en muchos aspectos, ? ?l se debe,
y eualteci? al hombre que di? ? su patria todo cuaudo podia ofrendar
le, aun ? costa de grandes sacrificios.
=Evoc? ? este prop?sito, despu?s de un gallardo saludo ? la ju
veptud, los tiempos en que Murgufa, poriodista, colaboraba on La
Iberia con Carlos Rubio, y pudo ser entonces un personaje politico,
pero apegado al amor de esta tierra v?? como ellos llegaban ? minis
tros, qued?ndose 61 abajo coma si no tuviese otra 'misi?n que empujar
h los de arriba.
=Habl? del regionalismo, del cual pud? tamer un momento quo
surgiese un peligro para el acendrado earitio quo deb? tributarse ? la
Patria com?n, pero al cual rinde culto ?uando ve quo so concreta no
blemente al amor fut?mo, al solar nativo, v?niendo ?ser algo coma la
sacra fuente bautismal de aspiraciones y de anhelos santos y nobles.
DRecord? la contienda sostenida por Murgufa con el acad?mico
de la Historia S?nchez MogueI, rechazando en?rg?co algo molesto para
Galicia, y cit?, entre aplausos, lo$ eucotnias quo aquella pol?mica, con