102 ? BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
dem?s :fen?menos relatados, figuran los dedicados al conjuro
de seres tempestarios o malos esp?ritus acu?ticos, provocado
res ele aquellos estados atmosf?ricos perjudiciales, como los
?nubeiros ?, los ?tronantes? y los ? escoleres? .`
Los antiguos n?menes productores de lluvia o que la
. tra?an oportunamente, han sido .sustituidos, seg?n resulta de
nuestras investigaciones, en la mente popular, por santos di
versos, pero de manera principal por SanBartolom?, San Pe
dro, San Crist?bal, Santa Mari?a, Santiago ?l Mayor. 'San
Lorenzo, la Virgen Mar?a y San Miguel, ;sin que por esto `a
deje de ?solicitarse el auxilio del titular de cada .parroquia. Ya
lo insin?a el refr?n: ? Chuvia na sem?n da Ascensi?n, cr?a
'nos trigos mour?n; pro ? un regalo San Pedro co seu canado,
San Cristobo co seu tobo,. Santa Marina ca s?a regazadi?a,
Santiago co seu canado, San Lourenzo co seu caldeiri?o pen
zo, Nosa Se?ora ca s?a ola e San Miguel co seu tonel?.
Estos santos hidr?f oros son considerados como tales, a
? nuestro entender, por las particulares ci'cunstancias que a
cada tino le se?alan las leyendas hagiogr?ficas; y as? se
consideran hidr?foros aquellos que han perecido por el su
plicio del fuego, elemento al que vence el agua, como San
ta Mari?a o San Lorenzo; aquellos que de alg?n modo se
relacionan con las 'aguas, como San Crist?bal, portador de
Cristo a trav?s de un r?o, y aun aquellos que, como San Bar
tolom?, se relacionan con dolencias de la piel, herpes, ecze
mas y otras dermatosis a que el pueblo aplica cura h?drica,
debido a que, seg?n una versi?n del Flos Sanctorum el santo
ha sido desollado vivo. Par?cenos, no obstante, que, por en
cima de todo, determina la cualidad de hidr?f oro de un bien
aventurado su colocaci?n en el calendario durante las ?po
cas en que la lluvia se hace indispensable..' ?
. La inmersi?n de los ?sacra? viene practic?ndose desde
'la antig?edad m?s remota, y su persistencia actual obedece,
si no a una fe com?n a los pueblos antiguos y modernos, a
creencias tan estrechamente emparentadas, que hacen pensar
en 'la certeza de una a modo de herencia colectiva. As? entre
los griegos alcanz? ?notoriedad eminente el ba?o de Pallas, cu
yas ceremonias, descriptas por Cal?maco, persist?an a?n en
el siglo y de nuestra Era. En Roma, describe ?Ovidio en sus
Fastos el ba?o sagrado de Venus, y largo ser?a el relato de
? las abluciones purificatorias exigidas por las religiones orien