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100 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
ltid. Por lo general, se hallan cercanas a un santuario, cuyo
santo ep?nimo es invocado al hacer el rito, que encierra un
fondo de pagan?a. Es al nacer del sol, o al ponerse, cuando
hay que aplicar el agua; es la , de siete fuentes, cogida sin
hablar' con 'nadie durante la jornada; es la captada en un
vaso virgen y despu?s de utilizada, lanzada hacia atr?s por
la sacerdotisa r?stica; es la vena que nunca ha secado; es?la
que hay que usar nueve` d?as seguidos sin que caiga una
gota siquiera fuera del recipiente; es la que hay que mezclar
con el aceite de la l?mpara que arde ante el Sagrario en la
m?s pr?xima iglesia; son, en fin, ceremonias m?gicoreli
giosas, rastro secular del viejo culto que estudiamos.
En otras partes ele la Pen?nsula existen an?logos fen?me
? nos. Es famoso entre los recuerdos de la orfebrer?a romana,
el plato de ,Ota?es, p?tera hallada en la provincia de Santan
der, que muestra, en su cincelada labor, el culto rendido a las
.
escondida bajo ,el nombre de Salus Umeritana, aparece reci
biendo la ofrenda ele un sacerdote y un pastor, en tanto otras
escenas muestran a un anciano recibiendo de un esclavo el
agua que ha de devolverle la salud, y a dos j?venes trase
gando el l?quido a un tonel, a fin de transportarla a otros
pa?ses.
M?s revelador es lo ocurrido en la fuente situada en las
inmediaciones de Nuestra Se?ora de la Liiz, en la sierra de
Murcia, en cuyo punto fu? hallado un santuario hisp?nico
con exvotos de bronce. Esta fuente, 'denominada ?Fuensan
ta?, era visitada procesionalmente por el pueblo todos los
a?os, hasta el siglo xvII, ?,lo que prueba ?dice nuestro ilus ?
tre amigo D. Cayetano de Mergelina?, hasta "tiempos recien
. tes, la fe hoy perdida en la virtualidad de las, aguas? . An?
logo hecho de la :adoraci?n adoraci?n de una 'fuente aparece tambi?n 4
en el santuario prehist?rico del Collado de l?s Jardines, en
la provincia de Ja?n.
No son solamente las aguas de r?os o de fuentes deter
t?inadas las que se emplean en ritos .profil?cticos. Virtudes
semejantes se atribuyen al roc?o ca?do en la maravillosa
noche de San Juan, noche en que Galicia se suma con su
alma plena a la tradici?n europea, y en muchas de nuestras
aldeas se revuelcan desnudos en la amanecida, para aprove