230 DoletIn de la Real y%cademia Gallega
6y las riquezas nada son en comparaci?n de ella? y aquellas otras,
cuyo esp?ritu recoge, de que atodo el oro en su comparaci?n (con la
Sabidur?a) es una arena menuda y la plata ser? tenida coma barro
delante de elia? (Libro de la Sabidurfa, cap?tulo VII, vers?culo 8 y 9).
Recuerda tambi?n aquello de Mellor est enim sapientia cunctis pretio
sissimis ?porque mejor es la Sabidur?a que las riquezas m?s preciadas?
(del Libro de los Proverbios (cap?tulo VIII, vers?culo 11) y retrata per
fectamente el sentido del vers?culo 15, cap?tulo XXVIII del Libro de
Job, Non dabitur aurum obrizum pro ea (sapientia) nee appenditur ar
gentur in commutacione ejus cNo se dar? por eIIa (la Sabidur?a) el oro
m?s puro ni se pesar? plate en cambio de ella?. Par el conoeimiento
que supone de la Biblia y por la m?trica de esta inscripci?n se ve cla
ramente que debi? ser compuesta y redactada por persona religiosa de
alta signifioaci?n y culture, y no por un simple lapidario, que harta se
complaci? on grabar lo mejor posible las letras de la leyenda, poniendo
incluso los tres modelos de A que por entonces se usaban. (Figure 1).
AAA 1kC,PIk
Figura r
La parte posterior de esta piedra est? sin labrar, como para ser
empotrada en una pared, donde con toda seguridad lo estuvo y su pro
pio asunto nos lo dice, pero descon?cese en absoluto su origen y em
plazamiento.
Vamos a ver ahora si es posible determinar la ?poca a que
pertenece esta l?pida y el lugar donde pudo estar colocada tan hermo
s?sima pieza.
Dentro de la arqueolog?a gallega, que tanta importancia tiene,
esta pieza es ?nica, y dentro de la espafiola, confieso mi ignorancia, yo
no conozco ning?n ejemplar par el estilo. No tenemos, por lo tanto,
l?pida alguna con la que podamos comparar la de Quiroga.
Los caracteres de la leyenda, en sus proporciones y perpendicula
ridad de los trazos rectos (v?ase la palabrad QVOD) pertenecen en
general a in letra capital cuadrada del alfabeto romano (aunque algu
nos otros, como la P y la R, por lo estrechos sean m?s bien de la r?s
tica), propio de las l?pidas de los siglos primeros, usado con pureza on
nuestra tierra hasta principios del siglo vi, aunque ya desde los ?lti
mos del v, con la alteraci?n del lenguaje comience tambi?n la de las