patella de la Real Academia Gallega 229
antes requiere, la publicaci?n de estas notas que seguramente atraer?n
la atenci?n de los entendidos sobre esta l?pida, en torno de la cual se
han de formar, tal vez, muy diversas y encontradas opiniones.
Es perfectamente circular, de m?rmol gris veteado, tiene un did
metro de 0`955 metros y un espesor de 0`06, y como ciertas monedas
y medallas conmemorativas, entre el cord?n a grandes perlas del borde
y la gr?fila o perlado conc?ntrico y m?s fino, tiene grabada en letras
bastante hermosas, a bisel y radiales, de 0`044 metros de altura, a ma
nera de leyenda, la siguiente inscripci?n, que forma un distico latino
(ex?metro y pent?metro) de m?trica bastante correcta:
AVRVM VILE TIBI EST ARCENTI PONDERA CEDANT
PLVS EST QVOD PROPRIA FELICITATE NITES
Es decir, salvo la mejor interpretaci?n del lector:
El oro es vil para ti, las riquezas de plata ab?tanse, m?s es lo que
brillas por tu propia felicidad.
En la palabra ARCENTI emplea, como se ve, la 0 por G, cambio
tan corriente en las l?pidas romanas. Se inicia la leyenda con el mo
nograma de Cristo o Crism?n, formado por la X y P, primeras letras
de XPISTOC (Christos, a la griega), entrelazadas a manera de invoca
ci?n, y separa las partes m?tricas de la composici?n una hoja de yedra
acorazonada.
En el centro de la l?pida, en lo que ser?a campo de esta moneda,
a grandes letras de 0`725 metros de altura, y como asunto principal
de esta pieza, se repite el Crism?n, ya con el alfa y omega, primera y
?lt?ma letras del alfabeto griego, aludiendo al texto del apocalipsis Ego
sum alfa et omega, ?Yo soy el principio y el fin (de la vida)? que as?
expresado, es decir, con todas estas palabras, aparece en el nimbo cru
c?fero de una famosa imagen del Salvador, esculpida en m?rmol, obra
del siglo xi, que se guarda on Galicia, y de la que alg?n d?a nos ocu
paremos.
Alude, pues, a Cristo y a ?l se dirige la leyenda del borde, como
del texto f?cilmente se deduce; no es, por lo tanto `el elogio de alguna
persona de copiosa riqueza y no menos virtud2 como La Voz de la
Verdad supon?a. Sobreentendiendo la palabra felicidad de la inscrip
ci?n por la de sabidur?a (divina) de la Biblia, recuerda perfectamente
las palabras de Salom?n, et divitias nihil esse duxi in comparatione illiu
1
I