28 $olettn de la Real Academia Gallega
abandonado, y su cad?ver fu? a la com?n yacija que Ia carida0
ofrece al desprovisto de todo amparo de familia y amistades y com
patriotas. Los huesos de A??n, mezclados a los de otros incontables
desgraciados, en el gran osario est?n, imposibles de identificar.
Un gran patriota y distinguido miembro Correspondiente de
nuestra Academia, a la vez que ilustre artista, el Presidente del
?Centro de Galicia?, de Madrid, D. Francisco Llorens, hubo de se
cundarnos con gran acierto y fervorosa devoci?n, en la gesti?n que
le encomendamos.
De su labor directa y personalmente hecha, en parte, y, en
otra, encomendada a un funcionario que inoportunamente la ha
hecho p?blica, hemos obtenido el resultado final, lamentable, triste;
esta nota desoladora:
?Ayuntamiento de Madrid. = Direcci?n de Cementerios. = Don
)Francisco A??n Paz falleci?. el 20 de Abril de 1878 en el Hospi
tal de la Princesa y fu? enterrado en el Cementerio General del
? Norte, seg?n consta en el Juzgado municipal del distrito de Pa
'?lacio que era al que pertenec?a entonces dicho establecimiento. En
?virtud de R. 0. fecha 31 de Agosto de 1899 se trasladaron los res
?tos mortales del General del Norte al General del Sur (aunque
);dice la disposici?n a la nueva Necr?polis). En el registro de
? inhumacioncs del citado Cementerio General del Norte, obrante
?en el Obispado, figura la inscripci?n de Francisco A??n Paz, en
? terrado el d?a 21 de Abril de 1878 en sepultura com?n (caridad)
? s?n filiaci?n, ignor?ndose la edad, estado, etc., lo cual nos de
?muestra quo de A??n no hubo quien se ocupara ni en su Anima
3 ?hora, y es de suponer tambi?n quo el poeta falleci? careciendo de
? todo recurso. Los restos no es posible reunirlos porquc cst?n en
?el osario del General del Sur, a donde fueron trasladados del Ge
? neral del Norte.) ?
La Academia Gallega, quo al iniciar hace meses la gesti?n para.
hallar los restos del pocta de Boel, pretend?a repatriarlos solcmne
mente a Galicia en estos d?as del cincucntenario, ha tenido quo re
nunciar a su prop?sito.
! Ense?anzas de la vida, quo uno y otro d?a nos aleccionan!
Pero hemos cumplido nuestro deber en este caso. Y ciertamente
no es culpa de los quo hoy vivimos ? ? reos de tantas otras faltas ! ?
el quo hayan quedado eternamente perdidos en un mont?n an?ni
mo los pobres huesos del gran poeta gallego ! ?