, Doletin de 1a 'Real Academia Gallega 27
dos teus amados campos de Boel, e non en terra allea e baixo ceos
que non son os da patria; pero se non se logrou teu anhelo, se como
dixeches nun dos teus Himnos:
!Ay ! eu tamen quixera dormir no teu regazo
cando fechando os ollos dixera ao mundo adios,
Para contigo unirme en mais estreito lazo
non foi as?, tes en troques perdurabre o teu recordo no corazon de
todolos b?s galegos, que son tam?n unha sepultura digna de tal
poeta.
! Pobre A??n ! Durme en paz. E agora a vosoutros os que me
escoit?chedes p?dovos a caridade de vos xuntar aos meus pregos
polo eterno descanso do malfadado poeta. ?
Grandes aplausos acogieron la lectura del trabajo del Sr. Carr?.
Don Fernando Martinez Mor?s
Ley? a continuaci?n el Secretario de la Academia este breve
escrito
, KAunque ya un contempor?neo y amigo del poeta, Victorino
Novo, lo hubiera indicado en el pr?logo que en 1889 escribi? para
el volumen de Poes?as gallegas g castellanas de Afi?n, editado por
M. Salazar, la Real Academia Gallega estaba en el deber de coxn
probar de una manera evidente, en esta hora del cincuentenario
de la muerte del insigne hijo de Boel, que el cad?ver del poeta tuvo
su reposo en la fosa com?n de un cementerio madrileilo y que sus
restos estaban para siempre e irremisiblemente perdidos.
Era necesario que la gesti?n se efectuase, buscando un testimo
nio rotundo e irrecusable con que reforzar el del prologuista de
aquel libro. Porque recientemente se han hecho loables campa?as
estimulando la repatriaci?n de los huesos de A??n, y, como res?l
tado de esas campa?as, parec?a quedar flotando en el ambiente una
duda: la duda de si las Corporaciones representativas del espiritu
regional guardaban un deher incumplido y permaneclan sordas
ante una demanda just?sima del pals, sabedoras de que all? en un
cementerio madrile?o estaban en lugar definido, yaciendo bajo me
moradora losa, costeada por algunos amigos, los restos de A??n, el
poeta que deseara ardientemente descansar en un rinc?n de su tie
rra nativa.
S?pase desde hoy que no es as? : s?pase desde hoy que el po
bre cantor, enamorado de su pals, muri? en la miseria, de todos'