Bolet?n de la ideal."kcademia Gallega 169
12 de Octubre de 1492; 10 de Diciembre de 1898: he ah? las dos
fechas que limitan y compendian todo un per?odo secular de grande
zas y errores, de heroicidades y desventuras; per?odo de 406 a?os en
que lleg? el poder?o de una naci?n ? poder exclamar: ?En mis 'domi
nios no se pone el sol?, y en que la desgracia llega al punto de asistir
ella al derrumbe de su imperio, con el desaliento de la impotencia .y
con la, amargura de un vencimiento anticipado ? inevitable.
Marca el 12 de Octubre el momento en que el genio ib?rico, desa
fiando el peligro, afrontando" lo desconocido, ? trav?s de olas sin fin,
1 abre las,: puertas del porvenir ? la humanidad entera. Determina el 10
de Diciembre el momento preciso en que la naci?n colonizadora, hun
dida bajo el peso de las propias grandezas y de las equivocaciones
propias, inclin? la cabeza ante el ?kase inapelable, y desanduvo, esta
vez en vapores suntuosos movidos por m?quinas potentes, el mismo
camino de encrespadas aguas que cuatro siglos antes trajeron las fr?gi
les carabelas que, ? falta de m?quinas, impulsaba la fe de un navegan
te, mitad hombre de ciencia y mitad devoto de la religi?n de su tiempo.'
Un gallego adquiri? con armas de conquista,'. las lue?as tierras;
otro gallego autorizaba el acta de abdicaci?n definitiva. ?Iron?as de los
hados! Entre ambas fechas?cu?ntos millares de gallegos hab?an anda
do y desandado la misma ruta; cu?ntos hab?an dejado sus huesos sobre
las campi?as americanas, caidos bajo el golpe de la flecha del indio
despojado, del machete del colono enfurecido, por rechazar al pirata
ladr?n ? al invasor enemigo! ?Cu?ntos millares de ellos hab?an regado
con el sudor de sus frentes los pr?vidos surcos de la tierra, levantando
hogares cristianos, mezclado su sangre sueva ? la de la poblaci?n nati
va, construido edificios muy otros de las pajizas chozas que encontra
ron, y paseos y teatros, y escuelas y aulas universitarias por donde
discurrieron las ciencias y las artes! Cu?ntos transportaron ? las nue
vas posesiones nacionales, con su religi?n, su habla dulce y su amor
patrio, el esp?ritu de laboriosidad, de honradez y de aspiraciones de li
bertad de la terri?a: y cu?n pronto se habituaron ? ver en las v?rgenes
campi?as y en las quebradas y las r?as de Am?rica, que su Galicia se
prolongaba, se reproduc?a y se eternizaba.
Yo he pensado muchas veces en los accidentes inmensamente va
riados de la colonizaci?n espa?ola y en la serie de fracasos que fueron
consecuencia de una ciega obstinaci?n, y he llegado ? explicarme la
l?gica de ese ep?logo que firm? Montero R?os, broche de sangre y l?
grimas ? la obra de Crist?bal Col?n: pero no me lo he explicado sin
5