Bolet?n de la Real Academia Gallega 261
Sres. Fern?ndez V?zquez y Pe?a. Novo y el Secretario, del Ayuntamiento *
Sr. Mart?n Mart?nez; los Acad?micos de N?mero de la ,ReaI': Academia
Gallega Sres. Mart?nez Salazar, Carr? Aldad, Lugr?s Fr?ire, Estrada Ca
toira y Rodr?guez. Gonz?lez; el representante de la :Real Academia de
Bellas Artes, Sr. Navarro; los escritores Sres. Lesta Meis y Fern?ndez
Merino y otros amigos particulares del ilustre finado.
La peque?a y sencill?sima comitiva que sigui? al cad?ver ten?a algo
de religioso y de emocionante, pues todos los que la formaban iban con
las cabezas descubiertas. Dij?rase que era la procesi?n de la modestia y
del silencio.
Las gentes que presenciaban el mudo desfile se descubr?an o se
arrodillaban todas respetuosamente al paso del cad?ver.
LA CAPILLA ARDIENTE
Instal?se la capilla ardiente en el sal?n de sesiones, que estaba
severamente adornado. De las paredes pend?an negras colgaduras de
damasco, galoneadas de oro.
Sobre una plataforma cubierta de acacias, magnolias, laurel y
mirto, art?sticamente combinado, obra que dirigi? el jardinero jefe
del Municipio se?or Larrosa, descansaba el ata?d, a cuya cabecera
destac?base un crucifijo de gran tama?o. ,
Alrededor del f?retro coloc?ronse una cruz de flores naturales,
recuerdo de las hijas del finado; hermosos pensamientos, dedicados por
los sobrinos don Lu?s y don Isolino de Blas, y don Isidro Puga y
do?a Amparo Otero, de Pontevedra; art?sticas cestillas' con flores,
una del Ayuntamiento de esta capital; otra de don Andr?s Mart?
nez Salazar; otra de la ?Asociaci?n Protectora de la Real Academia
Gallega en Buenos Aires ?; otra de los se?ores Beltr?n y Armada Sagrera,
de la Habana, y otra de la Real Academia Gallega.
El cad?ver del venerable Patriarca, reflejaba en su rostro la apa
cible tranquilidad de un ser dormido.
Daban guardia de honor dos guardias municipales, . que se rele
vaban cada media hora.
La f?nebre estancia estaba iluminada por focos el?ctricos cubier
tos de crespones.
Desde el mediod?a, hasta unos momentos antes del entierro,
desfil? ante el 'cad?ver numeroso p?blico de todas las clases sociales.
Varios sacerdotes, entre ellos el R. P. Arce, de la Compa??a de
Jes?s, el can?nigo se?or Pi?eiro Soto y el ec?nomo de San Jorge,
se?or Toubes, rezaron responsos ante el cad?ver.