I48 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Pedrayo se ci?eron esta vez a la figura biografiada corno la vid al tutor,
se abrazaron a ella y, sin perder su fuerza y solidez habituales, se
ablandaron en ? el culta a la verdad entra?able de la vida de ?u m(aestro4
Esas tres dimensiones espirituales definen la .calidad de este mag
n?fico libro. El g?nero biogr?fico suele ir del ambiente ,a la' figura, . dete
ni?ndose a veces tanto en aqu?l que descuida lista. Otero Pedrayo va
aqu?, por el contrario, 'de la figura al aniliente, gire parece cobrar pre '
senda m?s vigorosa en hechos y personas al pasar como fondo de la
larga vida del ? doctor Mac?as, nunca olvidada . a trav?s del libro, pre
sente siempre expresa o t?citamente en cada una de sus p?ginas.
El pr?logo es ya, por s? solo, una admirable y certera s?ntesis biogr?
I fina.' La par?bola de la vida maroeliana, en ambas acepciones de l?nea y
'ejemplo, est? inscrita en ?l: :desde aquel momento en que, subido en la
mesa de tertulia de la casa paterna, en la vieja Astorga, el ni?o Miar
celo regalaba. 'en honor del c?lebre historiador don Modesto Lafuente las
primeras monedas oratorias de su saber, hasta aquel otro en que, ya o
senecto, recogido en el evocador despacho de ? su casa orensana, el sabio 1
presb?tero ?tocaba como a joyas, acariciaba como 'se acaricia idealmente
a los bellos recuerdas? las fuertes monedas del imperio cuya civiliza
ci?n orient? su ? cultura.'
En los cuatro primeros cap?tulos nos conduce el autor, siempre junto a
su egregio personaje, por los caminos del siglo xix, que le son tan fami
liares; y tras.. de situarnos morosamente en la noble ciudad ?herbosa,
? ` yerma, callada?, en la que , fragu? el cimiento espiritual . de don Marcelo,
nos transporta con motivo de la estancia de aqu?l en la corte, al ambiente
^urbana e: intelectual del Madrid de la ?poca, sirvi?ndolo con notable fi
delidad hist?rica y 'desplegando en anima(da galer?a de retratos pintados ~;
con firme, maestr?a, las figuras de los m?s ilustres profesores! de la
Universidad matritense,
Son luego las, luminosas tierras de Mallorca y las anchas ciudades'ex
treme?as los lugares en que el autor nos hace asistir a la siembra espiri'
tual del insigne sacerdote; y nos confronta, por fin, con la fecunda
Orense, tranquilo escenario donde la vida del maestro se remapsa'en el
trabajo y la intimidad con dulzura y rumor 'de' colmena, donde como
certeramente dice el bi?grafo? ?cuaj? en verano de luz y en oto?o de
frutos la obra maroeliana?
Sirve cumplidamente esta obra el doble fin esencial de toda biograf?a:
darnos junta a la historia de una vida prodigada en obras, la, resultante
'espiritual de un car?cter. Y as?, 'este madura relato del brioso existir
de don Marcelo ?como en sentido de ?ntima .universalidad le llama Otero
Pedrayo 7, nos descubre, enraizadas en la bondad del sacer'dot'e y la sabi
dur?a del pol?grafo, la gracia generosa y la viviente simpat?a del. hombre.
Con este notable volumen se ha enriquecido el ? haber de la biograf?a
gallega, tan necesitado de que en ?l se asienten con la amplitud debida a
su fecundidad espiritual nombres como los de Faraldo, L?pez Ferreiro,
Saco y Arce, Paz N?voa, Mart?nez Salazar, Valle Incl?n, . y tantos otros,
rodeados hasta zahora del m?s injusto de los silencios.
' Al rematar la lectura de este libro, que tiene ,la sobria arquitectura de