BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 41
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ca, seg?n aquellos arque?logos, el empuje de las olas, se hace pre
ciso concluir que el mosaico lucense representa al padre Oc?ano,
toda vez los distintivos que le adornan son parejos a otras repre
sentaciones an?logas. Un mosaico africano dado a conocer por
Gauckler, es el mejor paralelo para nuestro objeto, porque el Oc?a
no en ?l representado es de grand?sima semejanza con el del mosai
co que nos "ocupa.
Existen, sin ? embargo, en Galicia posibles representaciones,
no de r?os propiamente, sino de sus crecidas o inundaciones, algu
nas de ellas tan famosas como la del Mi?o de 1696, en ciertas cu
riosas figuras monstruosas semejantes a las que en otras partes de !:
Europa se se?alan. Ha sido costumbre en la alta Edad Media sim
bolizar en serpientes o dragones ? estas crecidas o c endientes?, que
tantos da?os de todos ?rdenes ocasionaban a los pa?ses atravesados
por una corriente de agua de cierta importancia, y hacer que apa
reciesen estos monstruos subyugados a santos patronos de la comar ' 1
ca, como vencidos por los bienaventurados del Cristianismo en su 11
fiereza arrasadora. En este caso, los santos vencedores est?n colo;
vados en lugar del Sol dominador de la tempestad. As? han surgi
do, y tienen esta procedencia, figuras monstruosas como la c?lebre
Tarasca de Tarasc?n, sobre el R?dano; la Grouille de Metz, sobre
el Mosela; el Drag?n de San Marcel, en Par?s, sobre el Sena; e
id?ntico simbolismo debemos atribuir a nuestras famosas represen
taciones monstruosas, como la Coca o Tarasca de Redondela, que'
figura rendida en el cortejo procesional del Corpus Christi, o l
del fronterizo Monz?n, vencida por San Jorge, aunque con`
posterioridad se haya interpretado que tales representaciones sim ?
bolizan la Herej?a, el Pecado o el Malo vencido por la Iglesia
triunfante.
(Continuar?). ?
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