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Doleltn de la Real Academia Gallega 41
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tro instituto. Otras personas de esta ciudad y contorno podr?n tes
tificar acerca de este punto y por fin calcular cu?l y cu?nta sea
la utilidad de nuestra permanencia? . Y refiri?ndose a todos los con
ventos del Vicariato, afiade: ?Tr?tase E. S. de religiosos en Gali
cia, y el que considere el punto supremo de poblaci?n a que lleg?
esta Provincia, el que reflexione su laboriosidad e industria rural,
el que medite la religiosidad y afici?n a la fe y pr?cticas cat?licas
a que son adictas estas gentes, ver? claramente que la permanen
cia de los conventos no estorba, por un lado a la poblaci?n e in
dustria, 'y por otro ayuda sumamente al consuelo de estas alums
cat?licas. Por la 'general loc?lidad en que est?n repartidos los re
feridos conventos, se conoce que cada uno de ellos es el centro a
donde pueden acudir millares de afligidos a buscar el alivio y
consuelo, el desahogo y la satisfacci?n que en vano buscaron en
sus hogares, y entre sus parroquianos. La compasi?n que n?s
merecen estas gentes, las m?s de ellas deudoras a la Religi?n poi
que les dulcifica las amarguras de su vida laboriosa, exige que
no se les aminoren los asilos y los ministros de este consuelo.
Estos asilos y estos ministros son los conventos y los frailes? .
De nada sirvieron, como se ha visto ya, los razonamientos del
Vicario y Prior en pro de la Comunidad dominicana de Betanzos,
porque la by estaba dada y deb?a cumplirse inexorablemente,
Dios sabe por cuanto tiempo, si no hubiera sobrevenido el cambio
politico del mes de Agosto de 1823, que de nuevo abri? las puer
tas de sus conventos a los frailes que los ocupaban; y con tal mo
tivo regresaron a su propia morada los dominicos de Betanzos,
pero no NO muy duradera esta dicha, porque a la vuelta de una
docena de afios esper?bales, como a todos los religiosos espa?oles,
una exclaustraci?n definitiva e irremediable.
La excla?straci?n y sus consecuencias
Al sobrevenir la exclaustraci?n general, fueron expulsados c1
28 de. Agosto de 1835 de Santo Domingo de Betanzos sus moradores
que constitulan una comunidad bastante reducida de nueve religio
sos solamente, debido a los azares de aquella triste ?poca; si bien
las autoridades brigantinas procuraron suavizar en lo posible tan
lamentable medida. Convento e iglesia fueron clausurados, desapa
reciendo alhajas y objetos de arte y del culto; los papeles y libros
del archivo pasaron a una oficina de Coru?a, y los libros. de la
biblioteca fueron vendidos al peso en las plazas p?blicas; ,y, para