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BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 19
y en diarios de Tuy y de otros pueblos gallegos, fu? dando a conocer el
conspicuo y animoso sacerdote parte del fruto de sus trabajos, de pa
ciente an?lisis, interrumpidos frecuentemente por' perentorios deberes
religiosos, pero jam?s olvidados. Sus s?lidos conocimientos le capaci
taban para tratar muy complejas materias, ya requiriesen la interven
ci?n del arque?logo, del historiador y del pale?grafo o la del concien
zudo numism?tico. Y as? sus escritos, sus informes ten?an autoridad
inconcusa.
Del amor y de la caridad cristiana con que regent? las parroquias
citadas, da idea el cari?oso recuerdo que dej? y perdura; desde luego
en Vigo, donde residi? varios a?os, y en La Guardia, villa en la cual se
asocia aun hoy su nombre al de una instituci?n ben?fica por ?l fundada,
amparadora del desvalido.
Tan relevantes cualidades, as? como su elocuencia ?sencilla, aleccio
nadora y persuasiva? en la c?tedra sagrada, determinaron l?gicamente
su paso a una canong?a. A Burgos hubiera tenido que ir, aun siendo pa
ra ?l doloroso todo apartamiento de Galicia, si una feliz coincidencia no
le deparase la inmediata permuta para la catedral de Orense. Y no a
Burgos, sino a la acogedora ciudad de las burgas pas?, pues, el ilustre
prebendado, que en aquel medio plenamente propicio, al lado del muy
culto obispo de la di?cesis, nuestro paisano Dr. Cervi?o Gonz?lez, y del
venerable e insigne pol?grafo Dr. Marcelo Mac?as, intensific? su s estudios
y las valiosas aportaciones a la historia gallega.
En el BOLET?N de nuestra Academia, como en el de la Comisi?n
Provincial de Monumentos orensana, fueron apareciendo tales testimo
nios de su actividad y de su saber, conjuntamente evidenciados, tam
bi?n por ese tiempo, en la reorganizaci?n penosa y eficaz de aquel mu
seo diocesano y en la ordenaci?n del museo de la misma prestigiosa
entidad.
Fu? un per?odo de intenso laborar en el archivo de la catedral, en
visita investigadora a los monumentos art?sticos de la provincia y en
asiduas colaboraciones. Muy meritoria, por ejemplo, la que prest? al
Dr. Cervi?o cuando el prelado promovi? la reintegraci?n del famoso
monasterio de Osera ?el ?Escorial de Galicia ?? a la orden del C?ster.
Cita especial merece, asimismo, la transcripci?n que ?l hizo de mu
chos documentos importantes y rectificaci?n de copias, que despu?s
public?.'
Descuella, a este respecto, el valioso C?dice gallego del siglo xv,
transcripci?n de un ?Tratado de Albeiter?a? escrito en el siglo xiu por
Jord?n de Calabria, caballero ?mariscal? del Emperador Federico II;