352 Dote tin de la Real Academia Gallega
te adelgazado hacia los extremos, y de remates perifranes, ello parece
venir a insinuarnos la existencia de un grupo espec?fico de torques, pro
bablemente labrados en el noroeste ib?rico. Villaamil, que conoci? de
viso casi todos los de Espa?a, conf?rme observa Oviedo Arce, y muchos
de Francia y otras naciones europeas, no encontr? nada semejante a
los nuestros (1); a tanto llega la rareza de semejante clase de antiguos
objetos ?ureos, dice, :que ni he visto ni s? que haya en museos, ni
colecciones extranjeras, otro igual a ninguno de los once citados? (2),
a los cuales pueden ahora agregarse los que posteriormente fueron
apareciendo en Galicia y el de Lebu?ao (PortugalChaves) (3).
Pero, aun hay m?s y es que en gran parte coinciden con los tres
indicados torques del grupo ortegal?s, para m?s inclinarnos a la exis
tencia de una caracterizada escuela de orfebrer?a galaica, varios otros
del noroeste, pues rep?tese en unos el aro de secci?n romboidal, ya lisa
ya con grabados o aplicaciones de ornamentaci?n, progresivamente
adelgazado hacia los extremos, y en otros los graciosos remates en for
ma de pera (4); como, por ejemplo, en los de Centro?a (Puentedeume),
de Ois (Coir?s), y de Villadonga (Castro de Rey) (5). Sin olvidarnos, a
mayor abundamiento, que el punteado con que aparece recubierta esta
pieza del ortegal, es asunto tambi?n repetido en el arte anterromano de ?
Galicia; puesto que lo hallamos en la primitiva cer?mica del pa?s,
v. g. en el hermoso vaso campaniforme de D. Santiago de la Iglesia, de
Ferrol, y en los fragmentos de otro por m? exhumado, ambos proce
dentes de t?mulos de la civilizaci?n eneol?tica de la gran estaci?n de
Puentes de Garc?a Rodr?guez (Ortigueira). Y no s?lo en la cer?mica,
(t) ?Es grande ?dice? la rareza de semejante clase de antiguos objetos ?ureos,
compuestos de una varilla, de secci?n cuadrangular o circular, encorvada como una C, hasta
adoptar, a veces, forma penanular, y con remates en sus extremos, fundidos o forjados en for
ma de bellota, o de perilla o boliche y aun de campanillo? (p?gina II).
(2) Los del Sr. Blanco Cicer?n, del difunto Sr. Arteaga, del Museo Arqueol?gico Na
cional, de la Academia de la Historia y de la propiedad del autor. P?gina II de la citada
monograf?a.
(3) Portugalia, t. II, f. I. D?ndose la coincidencia de que la varilla de este, (um losan
go curvilineo, vae diminuindo progresivamente para as extremidades, tendo no centro o maxi
mo de 8 m. m. por lado e para as pontas 6 m. m.? (p?gina II), es del mismo espesor que la del
ortegal?s, aunque m?s corto: 255 m. m. y de menor peso: i99 gramos; variando los remates que
forman de cada lado dos virolas c?ncavas sobrepuestas, como en los gallegos n?meros I, 2, 3
y 4 de la l?mina I de la monograf?a del Sr. Villaamil y primero de la l?mina II.
(4) Las perillas, en el pa?s denominadas perulos, es fruto ind?gena y espont?neo en
nuestros montes. Me parece detalle digno de tenerse en cuenta para el caso.
(5) BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA, a?o VII, n?mero 66 (1912) y a?o X, n?
mero 99 (tgt 5). En uno, tambi?n gallego, del Museo Arqueol?gico Nacional, que inserta Vi
llaamil, n?mero 6 de la l?mina I, rep?tese este remate periforme.
?