3 5 o 3oleltn de la leal 5tcademia Gallega
n?ndose con lineas de puntos batidas a trepano en un dise?o menudo,
cuasi imperceptible, y sin gran rigor de ejecuci?n (1), que por la im
presi?n que nos da el fotograbado viene a ser un punteado semejante
al del . torques ortegal?s. Y, a mi ver, este desordenado conjunto de
menudos y toscos puntos con que han recubierto todas las superficies,
debi? de hacerse m?s que para otra cosa para realzar la joya, d?ndole
mayor visualidad, o por aquella caracter?stica ib?rica del horror al
vac?o, de que habla el autor de la Gu?a del Museo Humantino, al refe
'Yw.Y ~r~S .?ext.? 3~ ~,
< < t C 7
F rt.F 1~ ?' ?, Y, ?
rirse a las l?neas de puntos, c?rculos y rayas onduladas de la cer?mica
de la famosa ciudad (2).
En suma, que cual puede advertirse por el gr?fico que acompafia
a este trabajo, nos encontramos ante un torques sencillo por sus elemen
tos de exornaci?n, comparado con otros; pero elegante por sus propor
ciones y por lo airoso del semiaro y de los periformes remates; reve
lando en su art?fice desarrollado sentimiento art?stico. Cuya pieza nos
ofrece la interesante particularidad, no frecuente, de presentarse muy
abierta, lo cual excluye toda idea ?as? como por su configuraci?n "y
distribuci?n de su masa? de que pudiese destinarse a ser colocada en
el antebrazo o en las piernas, seg?n con respecto a otras semejantes se
(5) Portugalia, tomo II; fasc?culo 4; p?g. 611.
(2) V?ase Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, de EneroMarzo de 1923.