3olettn de la Real ytcademia Gallega 349`
que se han visto en Galicia?, que pesaba 700 gramos, o sea casi el
doble del que me ocupa, dando lugar a la formaci?n de una sumaria,
instruida en Ferrol, para averiguar su procedencia, habi?ndose des
dichadamente fundido.
El que denominaremos torques ortegal?s, es un buen ejemplar, con
peso de 363 gramos, de oro macizo de gran pureza, al decir de los pla
teros que lo examinaron (1), sin que pueda determinar las condiciones
de la aleaci?n ni de su textura (d?ctil o quebradiza), aun cuando los
efectos del golpe de la azada ?que dej? muy profunda huella sobre
una arista del aro parece acusar la ductilidad del metal. Lo que s?
se advierte es que la pieza ha sido forjada, pese a que lo rematado del
trabajo, de l?neas y superficies perfectas, no acuse las huellas del mar
tillage y s?, desde luego, una t?cnica muy h?bil y avanzada.
Constituye la joya un semiaro, cuya curva es de directriz el?ptica,
muy abierta entre sus dos extremos, formado por una varilla maciza
de secci?n romboidal y faces planas, que va disminuyendo progresiva
mente de grueso hacia las extremidades, como todos los de su tipo,
procedentes de Galicia y Portugal, sin duda para darle aspecto m?s
elegante y distribuir el peso de manera que resultase c?modo su supues
to uso pendiente del cuello con los cuernos hacia arriba. Ambas puntas
est?n rematadas por dos hermosas perillas huecas, admirablemente em
butidas y soldadas en los extremos del semiaro; detalles que en ?ste
cual en otros torques gallegos y lusitanos, demuestran un gran adelanto
t?cnico (2).
Tanto las cuatro faces planas de la curva varilla, cuanto ambas
perillas, fueron exornadas con un menudo y tenue punteado (tan some
ro que apenas lo acusa la fotograf?a), muy irregular y toscamente ejecu
tado a punz?n, lo que por su falta de curiosidad desentona del arte que
revela la alhaja; extra?a circunstancia por cierto, que se repite en alg?n
otro torques, pues tratando de los magn?ficos Ouros protohist?ricos da
Estella (Portugal), dice el distinguido arque?logo Jos? Fortes, que en
una de las cabezas o remates del all? hallado, disefi?se un triscelo, ins
cripto en circunferencia, traz?ndose ambas figuras geom?tricas y relle
(r) Dicen que se trata de oro muy superior, de m?s de goo mil?simas; pero, por no
perjudicar la pieza, me negu? a un examen minucioso d?l metal.
(2) .O uso das soldas, porem ? conhecido desde afastados tempos; os Egypcios sabem
soldar os metaes desde a dymnastia xvru?, dice Ricardo Severo, tratando del lusitano Thesou
ro de Lebu??o, con sus torques semejantes a los nuestros; Partugalia, t. II, fasc?culo I. ? por
estas cita??es, eruditamente ?a?ade? se comprova que a solda ? um facto da mais alta anti
guidade; nem tanto surprehende, pois, o seu emprego no bra?al e tambem nas outras pegas do
nosso thesouro, nas cabe?as dos torques e nos dois guizos da manilha.?