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16 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
la m?s alta tensi?n en el espectador o lector, como ocurre, entre
otras, en la crudeza de la traves?a de la barca de "Abelardo",
con el naufragio de todos sus tripulantes, o la tremendamente
fuerte, por no decir tremendista, que se desarrolla en la capilla,
con la lucha f?sica y moral de "don Juan Manuel" para levantar
la tapa del sepulcro en que yac?a el cad?ver de su esposa "do?a
Mar?a Soledad".
Si a esto a?adimos la riqueza e inter?s del di?logo en todas
y cada una de las escenas, con la pla?ticidad y colorido que las
presiden, podemos concluir afirmando que ValleIncl?n inspira
realmente a sus personajes, con ideas y sentimientos propios, y
con un lenguaje profundamente humano, anhelante, desgarra
dor a veces, que definen su psicolog?a y nos ofrecen la aut?ntica
dimensi?n de lo que ha de ser el teatro, es decir, el teatro que
propugna y defiende don Ram?n, en su respuesta a Rivas Cherif
y al que ?l supo adaptarse.
De "Luces de Bohemia", como ?ltimo ejemplo, digamos en
primer lugar que fue escrita en La Puebla del Carami?al, publi
cada en la revista "Espa?a", en los n?meros del 31 de julio al
23 de octubre de 1920, editada en 1924 y estrenada en Valencia
el 1 de octubre de 1970 y en Madrid el 1 de octubre de 1971, en
el teatro "Bellas Artes".
"Luces de Bohemia", el primer esperpento de ValleIncl?n,
por su significaci?n y trascendencia ha de situarse en un punto
extremo de la ambivalencia pol?tica de don Ram?n y en el mo
mento ?lgido de su evoluci?n ideol?gica, frente a la de la d?cada
de los a?os diez, matizada de su est?tica tradicionalista o car
lista, en un marco de aspiraciones que parec?an serle caras, con
el profundo "bache" que para ?l supuso el silencio regio ?al fin
y al cabo negativa (19151916)?, a su pretensi?n de obtener el
marquesado de del Valle y Vizcondado de Viex?n, en una reivin
dicaci?n que, en nuestra opini?n, carec?a de fundamento legal,
por inexistencia del vincular, que ?l cre?a representar ".
Si a este silencio, que supon?a, como ya va dicho, una mani
fiesta negativa, a?adimos el ambiente que le rode? en su visita
al frente de guerra de los aliados en 1916 y, sobre todo, sus
Vde. Jos? Caama?o Bourhacell: "Cuando Valle Incl?n quiso ser Marqu?s",
en el diario "A B C", de Madrid, 28 de octubre de 1955, y de Sevilla, del 29 del
mismo mes y a?o. Etiam, "Los dos escenarios de La media noche, en "Papeles de
Son Armad?ns, n.? CXXVII, octubre de 19666, p. 145.