178 Boleiin de la Real Academia Gallega
El inspirado poeta Sr. Ledo recit? con c?lida emoci?n su ofrenda
a Galicia, que fu? ovacionada.
Le sigui? el l?rico por antonomasia, Sr. Galarraga, que con acen
tos tiern?simos dijo su Canto a Galicia, que hizo saltar de alborozo a
todos los corazones, humedecer todos los ojos y juntar todas las ma
nos en tempestuosos aplausos.
Alborozos, v?tores, besos, todo parec?a poco para satisfacer el
ansia sentida de pagar la ardiente caridad del bardo recibida.
Y honr? la tribuna el Presidente de Honor Sr. Rey Soto, que en
magn?ficos p?rrafos enalteci? la obra que la Asociaci?n realiza, tanto
m?s grande cuanto m?s divorciada del ambiente mercantil y fieramen
te utilitario que informa la vida de esta sociedad.
Traz? la personalidad de cada uno de los se?ores Acad?micos y
de los poetas Sres. Ledo y Galarraga y termin? en medio de los m?s
estruendosos aplausos con un canto a Galicia y a la Real Academia
Gallega que la personifica.
Y as? termin? la primera Junta de Sres. Acad?micos, de que
certifico.
JUAN BELTRAN, JULIO PRAVIo,
Presidente, p. s. r. Secretario.
JUICIOS DE LA PRENSA
Bajo la presidencia accidental del eximio publicista don Antonio Rey So
to, leg?tima gloria de Galicia y de Espa?a, se celebrar? en los salones del pa
lacio de Prado y San Jos?, una trascendental sesi?n en la noche del 22 del
actual. En virtud de un precepto reglamentario, la Asociaci?n Iniciadora y
Protectora de la Real Academia Gallega efectuar? esa reuni?n de Acad?micos
residentes, a fin de dar mayor impulso a sus trabajos en honor de SUEVIA
y en pro de la conservaci?n de su idioma y de la gloriosa tradici?n literaria
de aquella regi?n hermosa.
Nunca los males f?sicos con mayor inoportunidad me han impedido asis
tir a una fiesta cultural y patri?tica; cumplir con un deber de gratitud y
recibir se?alada honra; en ese acto de Acad?micos de N?mero, Correspon
dientes y sinceros amigos de Galicia, . disfrutar?n de honestos y nobles place
res. Y, seguramente, millares de gallegos no sostenedores todav?a de la
Asociaci?n Protectora, se sentir?n obligados, tras emoci?n profunda y natu
ral orgullo regional, a acrecer el acervo de energ?as y de esperanzas, cuyo
verbo es, entre etros insignes, el presb?tero Rey Soto.