284 1 oletin de la Real Academia Gallega
para saber decir las cosas, a?n en la ?poca de mayor represi?n, necesi
tan de ampl?sima libertad para dar libre curso a sus mezquinas ideas.
El abuso que de esa libertad se hacia, seg?n la experiencia demos
trara, aconsejaba poner limites a la imprudencia de los que convert?an
el peri?dico en libelo, y lo que es peor, provocaban desde sus columnas
?y en esto iban acordes realistas y constitucionales? a la violencia y
al exterminio a las masas indoctas, a aquellas que si hoy gritaban: 1Viva
la libertad! al siguiente d?a, consideraban grito salvador el de iVivan las'
cadenas!
X
Si los absolutistas no luchaban, como hemos dicho, en Galicia en
el campo de las ideas, pretend?an' en cambio ensangrentar la patria con
la infausta guerra civil. Afortunadamente sus tentativas en la regi?n,
fueron s?lo nube de verano. Freyre, el famoso Estafetero, fu? el princi
pal promovedor de tales algaradas.
Coincidiendo con ellas aparece El Gorri?n, io de Febrero de 182z,
diario, fundado y dirigido por D. Antonio Mar?a Pereira. El lenguaje
del peri?dico no era de los m?s correctos, ni la moral sal?a bien librada
en sus columnas. De tendencias liberales exaltadisimas, por sus proca
ces ataques dirigidos especialmente al Concejo coru??s, fu? denunciado,
funcionando por primera vez, el Jurado de imprenta en la Coru?a, ante
el que hubo de comparecer el director de El Gorri?n, desaparecido por
virtud del proceso.
La vista de la causa fu? un d?a de luto para la Coru?a. Siendo
grand?sima la expectaci?n producida, habilit?se lugar espacioso para la
Audiencia que se celebr? en el convento de San Francisco. Cuando ma
yor era la concurrencia se desplom? el sal?n, ocasionando desgracias
sin cuento, haciendo que por la Coru?a se viesen durante largo tiempo,
numerosas personas con miembros mutilados, recuerdos vivientes y es
pantosos de aquella terrible cat?strofe.
XI
La Coru?a, que se preciaba de ser el segundo baluarte de la libertad
(C?diz se titulaba el primero), hac?a siempre, en todas las ocasiones, por
demostrar cu?n digna era de tal nombre.
La diputaci?n gallega para ilustrar al pueblo y rectificar su opi
ni?n en materias pol?ticas* crea en 1821 El Correo de la Diputaci?n