BOLET?N DE ; LA REAL ^ACADEMIA GALLEGA 45
sur preliminar : Advertencia al tomo suplementario de 'Teatro
Cr?tico, hace,de ello confesi?n humild?sima;, cosa, por, cierto,
muy edificante,' ya que ?nos advierte? ? son muy pocos los
autores que, conocen los [yerros]; propios, y muy raro el que,
aunque los conozca; los confiese? ; y ,aun recarga esta su de
claraci?n, ,agregando : ?:No de todos los que enmiendo, debo
a mi mismo el, desenga?o. ;Algunos; `en materiade noticias his
t?ricas, me di? 'a conocer la caritativa admonici?n de uno u
otro docto amigo, por lo que me considero muy obligado en
encomendarlos ;a Dios?.
A hombre que de este , modo se expresa, parece no deb?a
causarle desaz?n 'descubrir en torno contradictores, .dado su
gran amor ' a l? verdad, sobre todo vi?ndoleescribir en el
Pr?logo al' t. II 'del, Teatro: ?No niego que justamente se me
pudo; censurar en muchas cosas. Conozco varios defectos .
m?os, ;y es de creer que sean muchos m?s, los que no co
nozco?. M?s todav?a; en las Cartas Eruditas (t. V, p. 426)
insiste sobre este punto y vuelve a' decir: ?No negar? que
pudo suceder hallar uno u otro en' mis escritos alguna 'o
algunas proposiciones no bien consideradas, cuya incertiduin
bre acaso ?claramente demostrase... Eso ser?a lo que menos
cuidado me diese, porque,lo que har?a en ese caso, ser?a con
fesar llanamente mi inadvertencia oequivocaci?n, como lo
ejecut?, por lo menos, dos veces... Y eso que a los hombres
de raz?n pareci? mejor esta sinceridad m?a, que les parecer?a
que eludiese las dos Objeciones con algunas trampuelas o
sofister?as las ` m?s. ingeniosas del mundo?
?Ah, se?ores, a pesar,'de los? pesares, dir?ase que no ser?
Feij?o quien justifique el aquila non capit muscas de los an
tiguos. Bien nos lo recuerda el bi?grafo, tantas veces citado
(p. XXIil) escribiendo: '?No pudo ser tan templado en las
Obras Apolog?ticas, este c?lebre benedictino, en proporci?n a
la humanidad y bondad de su genio.... Hac?ale demasiada ,im
presi?n la contradicci?n agena...? As? que, desencadenada la
indignaci?n al creerse blanco, por m?s de cuarenta impug
nadores, de acusaciones injustas, destempl? con vehemencia ?
la calmosa serenidad de su estilo, contra ellos, y en especial.
contra el franciscano P. Soto Mame, previniendo a tiempo a
los lectores en.Justa Repulsa, al decir '(? 8.4, p. 27) : ?V. md.
no deber? extra?ar que yo ahora me explique con voces m?s