160 Bolet?n de la Real Academia Gallega
Favila, siendo, por lo tanto, un error hist?rico la afirmaci?n ' de que
Pelayo se rebel? contra los moros en Asturias. Durante todo aquel
tiempo si el conquistador no hizo grandes progresos, grand?sima ha
za?a fu? sostenerse soberano en la hermana. regi?n.
Entr? a reinar m?s tarde Don Alonso y se intern? en Galicia, de
la que buena parte hab?a sido dominada por la morisma ; pero el arro
jo de aquel rey no tard? en expulsarlos, principalmente de Lugo, y
no descans? hasta reunir los esforzados ej?rcitos q?e se sostuvieron
por espacio de ochocientos a?os combatiendo sin tregua a los sarrace
nos, ej?rcitos aquellos compuestos en todo tiempo por una mayor?a
de esforzados guerreros gallegos.
De Galicia, pues, salieron aquellos denodados soldados que ini
ciaron la reconquista m?s grande que recuerdan los tiempos, y pri
mero en Le?n y despu?s en Castilla y luego en Portugal, los vemos
combatir con el mismo ardor empleado contra los infieles al expulsar
los de sus tierras.
Poco antes de comenzada esta brillante acci?n se hab?an refugia
do en Galicia, acosadas por la morisma, las m?s ilustres familias es
pa?olas, que como nobles, no pod?an resignarse a sufrir el yugo de
una b?rbara esclavitud. La fertilidad de Galicia en "pan, vino gana
dos, lino y todo g?nero de frutos que exced?a en producci?n a las
tierras m?s septentrionales de Espa?a, nos manifiesta el grande y
?nico recurso con que contaron, no tan s?lo un n?mero tan conside
rable de expatriados, sino tambi?n con el que fueron socorridos los
primeros ej?rcitos libertadores.
De ah? que hayan prevalecido en Espa?a los nombres de las fa
milias, tierras, r?os, castillos, mares y poblaciones, como una fiel, aun
que muda demostraci?n de la triunfante marcha de los ,gallegos por
las tierras invadidas y que testifica que eran originarios de, Galicia,
quellos conquistadores que continuaron en su noble y levantado em
pe?o de salvar a Espa?a de la dominaci?n extranjera.
Otra raz?n que no deja lugar a dudas, es la de que la lengua que
llamamos espa?ola antigua, es en general un trasunto de la dulce fa
bla galiciana, y para ello es bastante cotejar la Historia Compostela
na y el Cronic?n Iriense, con las Partidas del Rey Sabio y mucho m?s
si se comparan con las famosas poes?as de este rey. Puede verse igual
mente en otras muchas escrituras antiguas y singularmente en el
"Llanto" que por su hijo Don Sancho?muerto en la batalla de
Ucl?s?escribi? Don Alonso el Sexto.
Por otra parte es bien sabido que en gallego hablaba Alonso el