BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 249
tacar m?s y m?s la acci?n del h?roe?, sino tambi?n t?cnico y
literario, ya que a ?trav?s ,de ellas llega hasta nosotros un
mundo de variadas notas populares y pintorescas unas veces,
ling??sticas . y literarias otras, que contribuyen todas ellas a
dar a nuestra Cr?nica latina esa riqueza de matices que no, ` ?
.
? . de igual naturaleza dentro de s? ?poca.
Los redactores de la Compostelana mueven estas muche
dumbres con un admirable ?xito dram?tico buscando en ellas
la ambicionada aureola de lo" popular que consagra los ac
tos pol?ticos y religiosos de Gelm?rez, hombre de Estado y
Pastor de la grey compostelana, ?b?culo y ballesta?, como le ?
llama la propia Cr?nica. Con ?sa marcada intenci?n apolog?
tica del h?roe que preside toda la tarea literaria de los auto
res de la Cr?nica gelmiriana, nos es dado ver a esas muche
dumbre.., api?adas en torno a Gelm?rez para aplaudir a san
cionar sus actos, y tambi?n para mostrar esa universal sim
pat?a de que tan genialmente saben rodearle sus bi?grafos. ?
Consignemos a este respecto aquel animado relato de los fes
tejos 'de Compostela a la vuelta del Obispo hasta entonces
prisionero en el castillo del Mi?o: ?Sali? a recibirle toda la ?
turba de compostelanos, cantando y ta?endo .t?mpanos, c?ta
ras y otros instrumentos m?sicos, pagando con alabanzas a la
divina piedad por la incolumidad del pastor que ven?an a re
cibir... ? . ?En fin, otra restante muchedumbre de adolescen
tes, gozosos de su deseada presencia, cantando himnos con
dulc?simas y arm?nicas melod?as, fueron acompa??ndola has
ta llegar a la Iglesia de Compostela? (Cap. LXI, Lib. I). El
Cap?tulo se intitula: ?Festejos de Compostela a la vuelta del
Obispo? ,
Igual alborozo popular cuando Gelm?rez regresa de L?
rez (Pontevedra), despu?s de la consagraci?n de Munio Hugo
y Alonso como Obispos de Oporto y Mondo?edo : ?Y cuando
el mencionado Patrono iba a entrar ,en la Urbe Apost?lica,
toda la ciudad en pleno sali? a recibirle; pues ni?os peque
?os, j?venes, varones y viejos, doncellas, casadas y matroiias,
todos sal?an a presenciar el espect?culo de ver a unos Can?ni ?
gos de. Santiago, educados con ellos desde ni?os, y ya eleva
. dos al culmen del Pontificado? (Cap. LXXXII, Lib. I).
Con todo y la popularidad de que Gelm?rez goza en la
? ?