286 $otetln de la Real ylcademia Gallega
prender toda la importancia estraii?gica del camino de Lugo y de
Monforte a Orense, el mismo por donde invadieron los franceses
la comarca de Ribas de Sil, y al que posiblemente, como paso
obligado de invasores, cualquiera que fuese la direcci?n en que lo
cruzasen, deba el antiguo monasterio de Ribas de Sil, la ruina y el
abandon en que, tal vez desde principios del siglo ix, en que por
tercera vez destruyeron los ?rabes a Orense (1), estaba cuando
en el a?o 921 se presentaron el c?lebre abad San Franquila y el
famoso conde Gutierre Menendez, padre de San Rosendo, a pedir
a Ordo?o II su restauraci?n.
J?zguese, pues, de la importancia estrat?gica del castillo de
Litoria, emplazado precisamente en el punto, donde a dicho ca
mino se un?a, el que lo pon?a en comunicaci?n con la v?a militar
romana de Braga a Astorga que pasaba por Molgas, y cuya ad
mirable situaci?n f?cilmente se comprende por la fotograf?a quo
en la l?mina publicamos, obtenida desde los pe?ascos que lo coro
nan (que son los que en primer t?rmino se acusan) y en la que se
ve, con el emplazamiento del antiguo monasterio de San Esteban,
subtus castello Litorie, algunas de las vueltas del camino que viene.
desde Monforte y,, al fondo, la confluencia del Cabe con el Sil, que
cruza la barca de San Esteban, marcando (por encima del lit) y
hacia el centro del fotograbado) la situaci?n de algunas casas, que
sobre el monte blanquean, el descenso del camino hacia la barca.
Si el que v'iene desde Bafios de Molgas es romano, ?puede
suponerse otro tanto del, castillo? Tal vez. Sin embargo, los vesti
gios no lo acusan y los nombres, por lo menos el de Leovigildo, no
lo confirman; pero perdurando en los siglos que siguieron a la
?poca romana la importancia estrat?gica de aquellos caminos pudo
en el periodo suevlo o visig?tico, de tantas luchas en Galicia, reco
nocerse la necesidad de su emplazamiento y ser, por lo'tanto, y
de acuerdo con el nombre de Leovigildus, que tiene grabado en la
pe?a que lo corona, una de las fortalezas levantadas en los siglos
primeros de la alta Edad Media, cuando los procedimientos ro
manos de construcci?n hab?anse perdido y el opus incertum se em
pleaba, como aparejo, hasta en nuestras iglesias visig?ticas, como
en Santa Comba de Bande. S?lo unas excavaciones, h?bilmente
dirigidas, y cuya ejecuci?n brindo a los entusiastas miembros de,
? (1) En el a?o 832, habi?ndolo sido antes en los aflos de 716 y 793