BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
Estudios e investigacións sobre o P. Sarmiento
ofensivas. Los Animales Cornutos, las tienen enlos Cuernos defendunt Cornua Cervum; y tienen las Cabezas proporcionadas para su uso. Entre esos, los Carneros tienen la Cabeza, para darse de testeradas (sic) unos, contra otros. Poco daño se hacen con los Cuernos, por tenerlos laterales, y retorcidos; pero eso mismo conduce, para que, haciendo un Cuerpo conla Cabeza, sea testerada mas tremenda. Sabese que los Carneros de Africa, son muy grandes; y aveces con Cuernos dobles. Por consiguiente su Cabezada, mochada, y testerada, mas terrible. A esto atendieron los Carthagineses, quando para desmoronar el Castilo de Cadiz, inventaron el Ariete. Este origen señala Vitruvio (Lib.º 10 Cap.º 19) à la Maquina bellica, que llaman Ariete; que es una Viga con una Cabeza de Carnero, de Metal, con lo qual, à brazos, y despues pendula, horizontalmente, la Viga, en una como horca: y portatil en ruedas, se batìan, y combatìan los Muros, à puras Cabezadas de Carnero; como se hace con las balas de Artillerìa. (6876) Una de las diversiones delos Muchachos, es jugar conlos Carneros, incitandolos con la expresion: Topa Martin; para que vengan à dar mochadas. Lo mismo hacen con los terneritos. Y los Carniceros, no por diversion, sino para que la Sangre se extienda mas, y pese mas la Carne; agitan, corren, y torean las Bacas, y Bueyes, que han de matar, y vender enla Carnicerìa. Asì, los Toreadores, tienen su Escuela enlas Carnicerias; y dejo aparte, à los que sin ser Carniceros, tienen la excusada aficion de meterse entre ellos para imitarlos. Vease aquí el depravado gusto de ver Corridas de Toros de muerte. Este es el de ver que quatro Carniceros, maten en Plaza publica, las mismas reses Boyunas que cada dia matan enlas Carniceras, siempre con Villania, y traicion. Y no tanto se ha de llamar Fiesta de Toros; quanto fiesta dela Matanza, y diversion dela Carniceria. (6877) Lo peor consiste, en que se quiera embocar por Destreza del Hombre; lo que es Nobleza del Animal. Por ser el Toro, Animal tan Corpulento, grave, y veloz, acomete en derechura ensu Carrera; y quando corre precipitado, ni puede torcer, ni puede parar, ni jamas corre con Zorrerias, proprias del AnimalHombre. Por la misma, y con mas razon, es facil torear, cara â cara, al Rhinoceronte, y esperarle à 10 pasos. Y si de la altura de 200 pies, cayese una rueda de Molino, y visible, qualquiera la podria torear. El hecho es, que quando el Toro, ô tuerce, ô se para, dicen los Toreros, que es Marrajo, y se acovardan, y huyen de èl, y recurren à la inhumanidad de echarle Perros, que le sugeten, colgandose, unos de las Orejas como Pendientes; y otros, tirandose à las Partes, que segun Leyes de Cavalleria, y que citan los Fueros de Alarcon: sean atreguadas de los Lidiadores. No es menor la inhumanidad, de amantar à los Toros, con una manta de Cohetes, para que la gente se divierta con los Bramidos Lastimeros, acausa de uno y otro martirio. (6878) En el Libro 13 Cap.º 22 dela Ornithologia, de Aldrovando, estan dos exemplarares, sacados de Plutarco, y de Quintiliano, para escarmiento delos crueles, è inhumanos, â Sangre fría. Todo el Areopago pleno sentencio á muerte à un Muchacho, porque tenìa la aviesa manìa, de quitar los ojos, à todas quantas Codornices podìa coger à mano. Por pronosticar, que ese Muchacho, serìa, si creciese, un pernicioso malvado, y de perversa indole. En Egypto avia el uso de ver pelear à las Codornices entresì. A una, que siempre avia vencido à todas las demas, la comprò Erotes, Presidente en Egypto, la matò; asò, y comìo. Supulo Augusto, y aviendole llamado, interrogado, y aviendo confesado Erotes, le mando colgar del Mastil de un Navìo. El Exemplo del Muchacho es mas de mi asunto; pues no ay que esperar cosa buena de Hombres que se deleitan en matar, â Sangre fria, Animales domesticos, que sirben, ô podran servir à los Hombres. (6879) Tengo observado, que los que son de esa malignante indole, son barbaros, Crueles, è insociables; pues habituados à matar Animales, miraran como juguete el matar Hombres. Y si à los Asesinos se les averiguase su vida; pocos abrà que no ayan sido
Nº 363 84