APORTACI?N AL ESTUDIO DE D. EMILIA PARDO BAZ?N 157
El realismo, transici?n entre idealismo y naturalismo, ser?a para la
condesa de Pardo Baz?n un m?dulo perfecto de la novela, dado que en
el realismo, como en la propia vida, caben bien y mal, tierra y. cielo,
naturaleza y esp?ritu.
El pr?logo de Un viaje de novios interesa para el conocimiento de
las teor?as de la novelista coru?esa. Dice ella que "fue de los primeros
ecos, acaso el m?s resonante hasta entonces, que en Espa?a tuvo el
movimiento naturalista franc?s, al cual contrapon?a yo el realismo na
cional, prefiri?ndolo."
Su aprobaci?n de la t?cnica de renovaci?n que para la novela trajo
el naturalismo, no es incondicional. La novela ha dejado de ser mero
entretenimiento, modo de enga?ar gratamente unas cuantas horas, as
cendiendo al estudio social, fisiol?gico, hist?rico, pero al cabo estudio.
El novelista debe tener las galas de la fantas?a, la observaci?n y el
an?lisis y est? fuera del romanticismo e idealismo cuando expresa que
la novela es el traslado de la vida, y lo ?nico que el autor pone en ella
es su modo de ver las cosas reales. Con todo no acepta totalmente el
naturalismo:
"El discutido g?nero franc?s nov?simo no parece una direcci?n rea
lista, pero errada y torcida en bastantes aspectos. Hay realismos de
realismos, y pienso que a esto le falta o m?s bien le sobra algo para
alardear de g?nero de buena ley y durable influjo en las letras."
El prefacio de Un viaje de novios es significativo de su posici?n:
"No censuro yo la observaci?n paciente, minuciosa, que distingue a la
moderna escuela francesa: desapruebo como yerros art?sticos la elecci?n
sistem?tica preferente de asuntos repugnantes o desvergonzados, la pro
lijidad nimia y a veces cansada de las descripciones, y, m?s que todo,
un defecto en el que no s? si repararon los cr?ticos: la perenne solem
nidad y tristeza, el ce?o siempre curvo, la carencia de notas festivas
y de gracia y soltura en el estilo y en la idea."
No afecta la limitada estampa del diario vivir, pues "siendo la no
vela, por excelencia, trasunto de la vida humana, conviene que en ella
turnen como en nuestro existir, l?grimas y risas, el fondo de la eterna
tragicomedia del mundo."
Frente al naturalismo, la condesa atiende al realismo espa?ol, a los
novelistas P?rez Gald?s, Jos? Mar?a de Pereda y Pedro Antonio de
Alarc?n, no ?nfer?ores a franceses e ingleses.
Do?a Emilia demuestra su inter?s por los valores positivos del na
turalismo, pero, termina as? en el prefacio citado: "P?dole por caridad